El Inef rompe el estereotipo machista en el rugby

El Inef Lleida Rugby Club, el único que hay de este deporte en tierras leridanas, busca más jugadoras para su equipo femenino y ha iniciado una campaña en las redes sociales en la que, además, lucha contra los estereotipos que vinculan a esta disciplina a la agresividad, la rudeza y la masculinidad. “Esto no es para mujeres” han tenido que escuchar más de una vez la capitana del Inef Lleida Rugby, Anna Delshorts, y sus compañeras. Campeonas de la Liga de Segunda Catalana el pasado mes de abril, han estrenado un vídeo, según Delshorts, “con la intención de hacer que nuestro deporte femenino sea más visible, romper estereotipos y abrir los ojos a chicas nuevas que quieran probarlo y, sobre todo, seguir creciendo”.

El vídeo, que tiene una duración de 1’46” y ha sido elaborado por Txus Varela, un padre de jugadores de la base del club, se titula “¿De dónde venimos?” y en él aparecen cada una de las jugadoras del equipo, en solitario o en parejas, con acciones típicas del rugby acompañadas por frases como “venimos de un lugar donde puedes jugar con muñecas pero también con pelotas”, reflejando con ello su lucha por la igualdad de género en este deporte. “Poca gente sabe que el rugby se inició en Lleida en 1982 gracias a nuestro club y que el primer equipo en crearse fue el femenino y el masculino lo hizo un año más tarde”, explica Anna Delshorts, que lamenta que “cada temporada nos faltan jugadoras”. Hace cuatro años llegaron incluso a juntarse con las del Vilanova i la Geltrú y las del Valls para reunir un equipo al que bautizaron como Catalunya Nova. Esta temporada tienen 18 jugadoras, pero lo ideal sería 25 para un deporte en el que hay 15 en el campo. Las campañas de captación para la base que ha hecho el club desde hace cuatro años en los institutos están dando un buen resultado, pero de los 120 jugadores que hay en la cantera, apenas 15 son chicas. “Hasta los 16 años juegan en equipos mixtos y luego hay un vacío porque aún no están formadas físicamente, ni preparadas para jugar con nosotras”, apunta Delshorts, cuya problemática resume así: “Al hándicap de ser un deporte minoritario se le añade que sea practicado por mujeres”.