Atropellado un niño en Salou

Un niño de cinco años resultó grave tras ser atropellado en Salou por un coche oficial de los Juegos Mediterráneos cuyo conductor, un trabajador externo y ajeno al personal de la organización, se dio a la fuga antes de personarse posteriormente en las dependencias policiales y dio positivo en el control de alcoholemia.

Según el comunicado oficial del Comité Organizador de los Juegos, el accidente ocurrió el lunes sobre las 23.45 en el Passeig Miramar, de Salou. “A consecuencia del accidente un niño de 5 años de nacionalidad irlandesa resultó herido y fue trasladado al Hospital Joan XXIII de Tarragona. El menor se encuentra ingresado en la UCI, en estado grave, pero evoluciona favorablemente”, explicaba el comunicado.

La nota añade que el conductor “estaba fuera de su horario laboral y dio positivo en el control de alcoholemia” y explica que “la empresa a la que pertenecía el trabajador le ha apartado de toda actividad de forma inmediata, pendiente de las actuaciones policiales”. El Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos “lamenta profundamente los hechos y se pone a disposición de la familia y de todas las partes implicadas”. El conductor huyó tras el atropello, siendo perseguido por un taxista, aunque posteriormente se presentó en dependencias policiales.

Este suceso se une a una larga lista de problemas que están convirtiendo los Juegos en un verdadero desastre, con numerosos fallos de organización incluidos. La polémica persigue al evento desde su misma inauguración, con gradas semivacías ya que se seleccionó al público, dejando fuera a los ‘sospechosos’ de ser independentistas. Aunque el alcalde de Tarragona, José Félix Ballesteros, lo negó el lunes, ayer el Centre Aragonés de Tarragona confirmó que Sociedad Civil Catalana repartió las entradas para la ceremonia

Pero los problemas no cesan de crecer. Ayer se plantaron los árbitros de la modalidad de lucha, en protesta porque no habían cobrado las cantidades pactadas con la organización.

Durante la competición de natación, ya finalizada, Mireia Belmonte empezó a repartir las medallas entre las tres deportistas del podio, dado que nadie se encargaba de hacerlo. Y dos jugadores franceses de bádminton, que ganaron el oro, cantaron a capella La Marsellesa porque la organización olvidó hacer sonar el himno francés.