Messi lidera un pase agónico

Argentina jugará los octavos de final del Mundial ante Francia, tras firmar una clasificación agónica ante Nigeria (1-2) y después de verse eliminados durante más de media hora. Un gol de Leo Messi en la primera parte y una segunda de sufrimiento extremo tras el empate del nigeriano Victor Moses que les dejaba fuera, finalizado por el tanto del defensa Marcos Rojo en el minuto 86, clasificaron a Argentina que, una vez más en este Mundial, firmó un encuentro pésimo.

No hubiera sido coherente con el recorrido del combinado argentino un triunfo cómodo. Fue un pase agónico, marcado por un penalti innecesario de Mascherano que dio vida a Nigeria, que al contragolpe dio mil y un sustos a la Albiceleste, hasta que anotó Rojo.

Era la última bala de Argentina, la última bala de Messi. Sin red, ni siquiera sin depender en realidad de sí mismos. Llegaba a San Petersburgo, obligada a ganar. E incluso eso podría no bastarle si Islandia ganaba a Croacia, ya clasificada, aunque los balcánicos ganaron 1-2.

Para ello, Sampaoli incluyó el anunciado cambio en la portería de Franco Armani por Willy Caballero y se agarró a los ‘históricos’, introdujo a Éver Banega en el centro del campo para el 4-4-2 y a Marcos Rojo en la defensa junto a Otamendi. En la delantera, optó por Gonzalo Higuaín en lugar de Agüero.

Nigeria también tenía que apostar sus cartas. No en vano, las Súper Águilas estaban en la ‘pole position’ para pasar a octavos, con tres puntos por uno de Argentina. Al principio se vio a una Argentina mejor asentada en el centro del campo, con un Banega que se movía sin cortapisas entre los mediocentros nigerianos y encontraba a sus compañeros con facilidad.

No obstante era también una Argentina muy frágil en defensa. Avisó Musa con un disparo lejano y una pérdida de Mascherano en un mal pase a Rojo dio el balón a Iheanacho, pero la lentitud e indecisión del delantero del Leicester permitió al ‘jefecito’ recuperar la posición y el esférico. Messi, al que se había visto intentar un eslalon en los primeros diez minutos, trazó en el 14 una línea solo visible para Banega, que desde la divisoria lanzó un centro diagonal perfecto para el control con el muslo del delantero del Barcelona, que se dio un autopase antes de fusilar a la red el 0-1.

Alzó los brazos al cielo Messi y lo hizo también la ‘mano de Dios’, Diego Armando Maradona, dando espectáculo en uno de los palcos. Argentina respiró y buscó aumentar la cuenta, pero todos los intentos finalizaron sin éxito.

Todo cambió cuando no habían pasado ni cinco minutos de la segunda parte, con un agarrón de Mascherano a Balogun en el área. Penalti que Moses transformó en el 1-1 y, en ese momento, Nigeria estaba en octavos y Argentina fuera. Buscaron el segundo, pero lo que llegaban eran contragolpes nigerianos. Sampaoli puso a Pavón, pero faltaban ideas en ataque. Sufría Argentina, a la que salvó el VAR de un segundo penalti por posible mano de Rojo. Cuando todo parecía perdido y quedaban apenas tres minutos, un centro de Mercado encontró al central Marcos Rojo, en sorprendente posición de delantero, que marcó el 2-1, poniendo a Argengina en octavos. Que era un milagro lo reconocía Messi en su cuenta de Twitter: “Sabía que Dios está con nosotros y no nos iba a dejar afuera”, escribió.