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Robert Martínez: «Bélgica está fuerte»

Robert Martínez. El técnico balagariense es el primer leridano que disputa un Mundial como seleccionador y, además, el equipo belga, que hoy se mide a Japón, quiere asaltar la historia y ganar su primer título en la Copa del Mundo

Robert Martínez.

Robert Martínez.EFE

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Sábado, 12.33 horas. El primer leridano en disputar un Mundial de fútbol como seleccionador está al otro lado del teléfono, en Moscú, a punto de iniciar en poco más de una hora el último entrenamiento del equipo belga en la capital rusa antes de emprender el viaje hacia la ciudad de Rostov para enfrentarse hoy lunes a Japón en los octavos de final. Es Robert Martínez Montoliu (Balaguer, 13-7-1973). El cuartel general de la selección belga está situado a unos 30 kilómetros de la capital moscovita. Es el Moscú Country Club, un lujoso complejo deportivo y turístico con campo de golf, hotel y residencias de alto standing. A punto de subir al autocar para ir al entrenamiento atiende a SEGRE.

A punto de viajar ya a Rostov para jugar los octavos del Mundial. Vaya cambio ha dado en dos años la actual Bélgica respecto a la de su estreno en el amistoso ante España en el que apenas había podido conocer a sus nuevos jugadores (debutaba también en el banquillo español Julen Lopetegui y ganó España 0-2).

Pues sí, la verdad es que la evolución ha sido muy buena. De hecho, el partido contra España nos ayudó bastante si miramos hacia atrás con perspectiva. Fue un partido con un sentido emocional muy importante para la afición belga porque se venía de perder en la Eurocopa ante Gales y había una mezcla de confusión y de dolor (hubo aficionados al final del partido que gritaron el nombre del anterior seleccionador Marc Wilmots). Para mí y para el cuerpo técnico fue un partido de una enseñanza muy buena porque jugando contra un rival como España te das cuenta del nivel técnico al que has de llegar. España llegó en el debut de Lopetegui con un grupo muy motivado y que además jugó muy bien. Y en aquellos momentos nos dimos cuenta de que nuestro grupo era muy interesante y que tenía talento individual pero también que necesitaba una estructura táctica diferente a la que habíamos hecho. Pero tras ese amistoso solo tuvimos tres días para cambiar el sistema y un poco el tema de las relaciones sobre el campo antes de enfrentarnos a Chipre que era el primer partido de clasificación. A partir de entonces ha sido muy bonito todo el proceso de conocer jugadores, muchos de ellos muy jóvenes, que podían formar parte de esta selección y conocer más de cerca también la parte humana de estos futbolistas. Tenga en cuenta que el 90% de estos jugadores juegan en el Reino Unido y yo los conocía bien como futbolistas pero no a nivel personal.Era importante hacer que los más experimentados ayudaran a los más jóvenes. Esta ha sido la parte del proceso que más nos ha costado en estos dos años.

Usted había tenido en el Everton a dos jugadores muy importantes en la selección belga como el delantero Lukaku y el centrocampista Fellaini. ¿Fueron sus mejores avaladores para iniciar el proceso de ir conociendo al resto?

Bueno, piense que estos jugadores son muy especiales porque crecen muy rápidamente ya que a los 17, 18 o 19 años dejan Bélgica para jugar en otro país. Yo esto lo sé muy bien porque tuve que dejar mi casa a los 16 años (fichó por la cantera del Real Zaragoza) y el fútbol no deja de ser una forma de vida que te obliga a crecer muy rápido. Pues bien, estos jugadores abandonan muy jóvenes su país, su casa y regresan siendo estrellas. Por eso se les debe dejar disfrutar de este papel cuando vienen a la selección. No se les puede pedir un papel de presión ni de responsabilidad, aunque todos sabemos que existe cuando representas a un país. Ahora se percibe que tienen una alegría y un gran interés por disfrutar en el terreno de juego. Lo que traté de conseguir es que estos futbolistas de talla mundial se ubiquen en el grupo. Porque con individualidades solamente no se consigue nada en el fútbol. Eso es lo importante. Que ahora este grupo de jugadores están plenamente concienciados de que son, ante todo, un equipo.

Tiene ante sí toda una generación de oro del fútbol belga tras aquella de los años 80 que fue finalista en una Eurocopa (Italia, 1980) y semifinalista en un Mundial (México, 1986), pero que no pudo alzar un título. ¿Sienten que están en deuda con la afición y como homenaje a los Pfaff, Preudhomme, Gerets, Vercauteren, Ceulemans y después los Scifo o Nilis?

Sí, nuestra referencia sigue siendo la generación del 86 que llegó a semifinales en el Mundial de México, pero a veces nos olvidamos de que Bélgica solo tiene 11 millones de habitantes. Que un país de tan pocos habitantes produzca todos estos jugadores es algo increíble y no es una casualidad, no se trata de ningún accidente. Hay una estructura muy clara para tratar de desarrollar talento joven y ahora viene una gran generación por detrás con Youri Tielemans (centrocampista del Mónaco) a la cabeza, de 21 años, que jugó contra Inglaterra (el viernes pasado). Y aún hay otro grupo que está creciendo también muy rápido. En Bélgica el fútbol tiene un valor muy grande. El hecho de que llegue un título o no debe ser como consecuencia de romper esa barrera psicológica que los grandes torneos comportan. En los Mundiales solo hay cuatro o cinco favoritos que son los que han ganado el título en los tiempos modernos porque de alguna forma hay una referencia. Nosotros no tenemos eso. Y por eso debemos crecer y creer que podemos ser campeones.Nadie nos puede decir que Bélgica tiene que ganar el Mundial. Lo han de ganar España, Brasil, Argentina, Francia porque lo han hecho antes. El resto como Croacia o nosotros, por mucho que veas condiciones en estos equipos para poder conseguirlo, tenemos delante una barrera psicológica que es muy difícil de superar. Por eso estamos muy centrados ahora en Japón, que tiene argumentos para hacernos daño, e ir paso a paso creciendo en el torneo.

¿Y Usted ve a Bélgica campeón? ¿Se ve con suficientes argumentos como los que les dan los analistas en los pronósticos?

No. Ahora mismo veo la posibilidad de pasar a cuartos.El grupo está fuerte. Hicimos nueve cambios ante Inglaterra y hacer eso y ganar es muy difícil a nivel internacional. Fue una gran satisfacción porque te da mucha información de los jugadores que tenemos y de cómo trabajan todos. Ahora tenemos a toda la plantilla preparada. Las sensaciones son buenas, nos encontramos bien y hay confianza, pero no vemos más allá de intentar ganar a Japón.

Prefería ser segundo para evitar el cuadro en teoría más duro de la competición.

(Ríe) Son cuestiones que buscas a nivel logístico. Estamos concentrados en Moscú y era mejor para mis jugadores jugar los octavos aquí. Por eso prefería ser segundo, pero tampoco quería perder con Inglaterra. Ganar siempre es importante y ahora no lo cambiaría por nada.

¿Qué le está pareciendo este Mundial en líneas generales?.

La organización me ha sorprendido muy agradablemente. Es la mejor de los tres Mundiales en los que he intervenido de una manera u otra (en los anteriores fue analista de TV). Por ejemplo, viajar a cada sede no está comportando los problemas que yo pensaba antes de venir.

En el aspecto deportivo es cierto que cada vez todo está más igualado, pero excepto la gran sorpresa de la eliminación de Alemania en la fase de grupos, el resto de teóricos favoritos, aunque con apuros algunos de ellos, está en octavos de final.

Sí, es verdad. Hay que tener en cuenta que el primer partido es muy difícil porque lleva consigo un aspecto emocional, los jugadores saben que está detrás todo un país y cuesta marcar goles. Si miramos los goles que se han marcado, la mayoría son de estrategia, a balón parado. Ahora todos los equipos vienen bien preparados, tenemos mucha información todos de todos y no hay sorpresas. La experiencia cuenta mucho y hay jugadores que saben que se juegan mucho. Pero hay otros equipos que no tienen nada que perder y hay uno que me ha sorprendido de forma especial que es Croacia.

El VAR está siendo el protagonistade este Mundial. ¿Qué opinión tiene del uso de esta tecnología y de cómo se está aplicando en los partidos?

Creo que todos los enamorados del fútbol estamos un poco en contra de llevar la tecnología al arbitraje, pero después te das cuenta de que lo que hace el VAR es ayudar al árbitro. Este tiene el trabajo más difícil en el partido. Tiene que tomar decisiones al instante cuando a veces no ve la jugada desde la posición correcta. Creo que el VAR ha sido un éxito muy grande. Hay situaciones que son blanco o negro, si está en fuera de juego lo está, pero el árbitro no tiene la bola mágica para acertar. Por eso el VAR está bien porque les ayuda en acciones claras, otra cosa sería utilizarlo en jugadas de interpretación que aquí sí que nos falta más recorrido. Pero, en general, el VAR ayudará sobre todo al fútbol de ataque.

Por cierto, antes de ser contratado como seleccionador de Bélgica su nombre sonó, entre otros muchos candidatos, para dirigir a la selección española. ¿Llegó a haber algún tipo de contacto?

No, yo había acabado mi etapa en el Everton después de siete años y supongo que salió mi nombre como uno de los entrenadores españoles que estaban libres en ese momento. Nada más. Ahora me debo a Bélgica y estoy muy contento.

Y si pudiera llevarse a algún jugador de la selección española a la de Bélgica, ¿a quién elegiría?

(Ríe) Piense que el trabajo más grande y difícil que he tenido ha sido seleccionar a 23 jugadores después de haber seguido a 35 futbolistas de muy cerca, así que llevarme otro sería un gran problema. No, en serio. No necesitamos a nadie en el equipo porque tenemos un excelente grupo y grandes individualidades. Además no conozco a los jugadores españoles personalmente a nivel humano y, por tanto, me quedo con los míos.

Usted se ha criado futbolísticamente, como jugador y como entrenador, en el Reino Unido. ¿Qué aportaciones destacaría que han hecho los entrenadores extranjeros en el fútbol británico?

Creo que ha posibilitado que la Premier League sea un contraste de estilos y para mí actualmente es la mejor Liga del mundo. Cohabita el estilo que había en las islas británicas con otras filosofías y creo que le ha hecho mucho bien. Lo mejor de todo es que están abiertos a otras propuestas futbolísticas. Las últimas cualidades que ha aportado el fútbol británico son esa intensidad, esas transiciones, esas ansias de ganar... La actual selección inglesa es un fiel reflejo de esto que digo.

Está disputando un Mundial y con una selección que, a priori, parte como una de las favoritas. Pero, ¿tiene la espina clavada de dirigir a un equipo grande, de los que tienen la obligación de ganar títulos?

No, piense que yo empecé muy joven mi carrera como entrenador, a los 33 años (hizo de jugador-entrenador). Ahora tengo 44 y llevo 12 años entrenando con 265 partidos seguidos en la Premier League. Son muchos partidos. He tenido la suerte de trabajar con presidentes que me han dejado trabajar haciendo la figura de manager, que se ocupa de más cosas que de entrenar al equipo en el terreno de juego. Y pienso que eso es a lo que me he dedicado a ser manager más que solo entrenador. Ahora estoy volcado en el Mundial y tengo dos años más de contrato con la Federación Belga, hasta que finalice la próxima Eurocopa.

Su nombre ha sonado también, en ocasiones, para dirigir el Barça por su manera de concebir el estilo futbolístico. ¿Hubo algún contacto o interés?

No, nunca. Además mi zona profesional son las islas británicas. Me marché allí con 21 años. Quizás ahora con el Mundial es más fácil reconocer a una persona que ejerce en otro país, pero desarrollando toda la carrera en Inglaterra es muy difícil que te llame un club de la Liga española. ¿Si me ilusionaría? Me ilusiono con el momento y ahora estoy ilusionado entrenando a Bélgica en un Mundial. Además, aunque la forma de trabajar es diferente, la satisfacción de poder ganar títulos es la misma en un club que en una selección.

Reside en Waterloo, donde cayó Napoleón y vivió Puigdemont

Robert Martínez se ha instalado en Bélgica muy cerca de Waterloo, en la localidad de Tubize a unos 13 kilómetros del lugar de la histórica batalla de la derrota definitiva de Napoleón y donde ha vivido un tiempo Carles Puigdemont. Allí vive tranquilo, alejado del bullicio de la capital Bruselas. Tubize tiene unos 25.000 habitantes, una población no mucho mayor que su Balaguer natal, donde residen sus padres, su hermana Antonieta y demás familiares y amigos que recuerdan que Robert se muestra como siempre ha sido: sencillo, humilde, cercano en el trato, aplicado en todo lo que hace, esforzado y un gran apasionado de los caracoles como buen lleidatà. Jugador, entrenador y analista de fútbol en Sky Sports y ocasionalmente en la BBC, tiene dos carreras, la de administración de empresas y la de fisioterapia.

Al Reino Unido se marchó a los 21 años para seguir su carrera de futbolista tras formarse en las canteras del Balaguer y el Real Zaragoza, donde llegó a debutar en Primera. Se fue al Wigan junto a Jesús Seba e Isidro Díaz a los que bautizaron como The three amigos. En Inglaterra le llamaban en sus inicios “Little Robbie” y después simplemente Bob. El club de su vida ha sido el Wigan donde se le adora (la afición le votó como “leyenda” del equipo) y se le retiró la camiseta como homenaje. El presidente de dicho Club, Dave Whelan, fue como un segundo padre para él. Después jugó en varios equipos de las islas británicas como el Motherwell escocés donde conoció a su esposa Beth Thompson con quien tiene una hija, Luella. En su segunda etapa en el Wigan fue jugador-entrenador, llegando a ser el técnico más joven de la Premier League y ganando la FA Cup ante el ManchesterCity en 2013. En su última etapa en Inglaterra entrenó durante siete temporadas al Everton.

Su ayudante en la selección belga es toda una leyenda del fútbol como el francés Thierry Henry, al que convenció para que aportase su experiencia en las charlas al equipo. Henry cobra unos 8.000 euros al mes y los destina íntegramente a beneficencia.

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