CICLISMO TOUR DE FRANCIA
Groenewegen sorprende a los esprínters
El holandés Dylan Groenewegen (Lotto Jumbo) mandó callar a todos los favoritos del esprint con una rotunda victoria en la séptima etapa del Tour de Francia, disputada ayer entre Fougères y Chartres, la más larga de la presente edición con un recorrido de 231 kilómetros, en la que el belga Greg Van Avermaet (BMC) conservó el maillot amarillo.
Groenewegen, de 25 años, una perla del ciclismo holandés que conquistó en 2017 la etapa de París, abrió su cuenta en la presente edición con un alarde de fuerza en la recta de meta, donde relegó a los hasta entonces emperadores de la velocidad, el colombiano Fernando Gaviria y el eslovaco Peter Sagan.
Alejando Valverde sigue sin perder de vista al líder y es octavo en la general a tan solo 54 segundos
Segundo triunfo en el Tour para el ciclista de Amsterdam y décimo de la temporada, en la que aspira a consolidarse como uno de los mejores esprinters del pelotón. Entre las victorias destacadas de la temporada las obtenidas en la París Niza y la clásica Kuurne-Bruselas-Kuurne.
Un día interminable, de casi 6 horas sobre la bicicleta, en un maratón de transición camino del pavés de mañana domingo, en la mente de todos los corredores. Sin cambios en la general, donde Greg Van Avermaet se agarró al maillot amarillo por quinto día consecutivo. Y entre los favoritos, sin novedad.
Entre ellos el primero es el colombiano Rigoberto Urán, séptimo a 48 segundos del líder. Alejandro Valverde le sigue a 54, Porte a 56, Landa a 58, Froome a 1.06, Dumoulin a 1.29 y Nairo Quintana a 2.13.
En la jornada maratón se hizo de rogar la escapada de los equipos modestos. Con una jornada de 6 horas por delante no sobraban valientes, pero el francés Yoann Offredo (Wanty) se marchó a pelearse contra lo imposible. El viento de costado arruinó al galo, pues Ag2r y Trek provocaron abanicos en una recta muy expuesta al viento de costado a 102 kilómetros de meta. Esta vez con sus hombres atentos, Movistar no se llevó ningún susto aunque el pelotón se partió en dos. El final tuvo un esprint largo, de máxima potencia. Allí estaban Gaviria y Sagan, también el campeón francés Demare, y Dylan Groenewegem, quien atacó de lejos, mantuvo la velocidad y se levantó para ponerse el dedo en la boca y llevarse la etapa.