Entrenador por genética

“Siempre he visto el fútbol desde un banquillo y eso me ha marcado mucho. Estaba bastante predestinado a que mi futuro no estaba precisamente dentro del campo”, explica Pau Prior Martínez. Este joven balagariense de 24 años entrenará esta temporada al Artesa de Segre en Segunda Catalana. Forma parte de una auténtica saga de entrenadores. Es sobrino del seleccionador de Bélgica, Robert Martínez (es el hermano de su madre, Antonieta Martínez), que en el pasado Mundial de Rusia llevó a la selección belga a una histórica tercera posición. Además, su abuelo, Roberto Martínez, padre de Robert, fue jugador del Balaguer en los años sesenta y setenta y pasó posteriormente a entrenar al equipo en varias etapas, además de a otros clubes como el Castellserà. Y su padre, Josep Prior, fue durante muchos años entrenador del equipo de fútbol sala Parador, de Balaguer.

“Mi abuelo me llevaba con él a Castellserá, mi padre a los partidos de fútbol sala del Parador y, más tarde, he ido con Robert a los diferentes clubes en los que ha estado”, añade. Pau está decidido a hacer carrera como entrenador. “Me gustaría que el fútbol fuera mi trabajo, no solo un hobby. Y también tengo claro que quiero vivir una experiencia en el extranjero. Ver y dominar diferentes formas de entender el fútbol es lo que realmente te hace mejor entrenador. Pero eso solo pasará si los objetivos a corto plazo se cumplen y, ahora, estos son hacer una buena temporada con el Artesa de Segre”, admite.

Afirma que ha aprendido muchoi tanto de su tío Robert como de su abuelo, aunque defiende que tiene su propia manera de ver el fútbol y es consciente de que se tiene que ganar en el campo y trabajando, su futuro como entrenador. Ser sobrino de uno de los técnicos de moda, Robert Martínez, no le añade presión. “No me presiona nada. Me ayuda, igual que me ayuda que mi abuelo haya sido muchos años entrenador de fútbol regional y mi padre de fútbol sala. Somos una familia que comparte el mismo engranaje vital, el fútbol. Hablar de fútbol siempre ayuda, porque de todos se aprende. Y si además lo puedes hacer de forma continuada con alguien que está en la élite de este deporte, mucho mejor”. Pau añade que “hay que aprender de todos sin esperar nada de nadie. Si vives esperando que pasen cosas por ser hijo o familiar de alguien, es cuando aparecen las presiones innecesarias. Siempre hago la misma broma, prefiero ganar una final al Robert que ganarla siendo su asistente”, explica.

Pau ha llegado este verano al Artesa tras entrenar la pasada temporada al Organyà, club en el que hace dos campañas fue el segundo de Toni Menchón. Dice que afronta esta etapa “con mucha ilusión. Es un proyecto muy bonito y consolidado, que ya lleva dos años dando buenos resultados con Fran Bessone y Miki Massana” y asegura que no le preocupa entrenar a gente mayor que él. “Nunca he tenido problemas con los veteranos. Tanto en el Organyà como ahora en el Artesa de Segre son los que más me han ayudado y de los que más he aprendido. Todos estamos en un aprendizaje continuo y estoy seguro de que aprendo yo más de los jugadores que ellos de mí”.