Ya solo falta una ronda

El Lleida, con la máxima efectividad rematadora, consiguió su objetivo de superar la segunda eliminatoria de la Copa del Rey y está a solo una ronda más de optar, caso de clasificarse, a disputar los dieciseisavos frente a un Primera en competición europea, como ya ocurrió la pasada temporada, en la que los de Albadalejo eliminaron a la Real Sociedad para caer posteriormente en octavos ante el Atlético de Madrid. El sorteo tendrá lugar mañana y es seguro que el Lleida se enfrentará a un Segunda B o un Tercera.

Anoche, en el Camp d’Esports el Lleida superó a un Compostela, líder en su grupo de Tercera división, gracias a un certero cabezazo de Juanto Ortuño (38’), tras un impecable centro de Leto, en el único remate con intención de los azules –ayer de amarillo– en todo el partido. Los de Gerard Albadalejo no jugaron bien, sobre todo en el primer tiempo, que fue horroroso. Lento, sin apenas ideas, por momentos descolocado y con constantes pérdidas de balón, el Lleida estuvo a merced de un Compostela que gustó por su buen trato a la pelota, aunque también estuvo muy apagado en ataque. Los primeros 35 minutos fueron soporíferos, con posesión visitante ante un rival muy poco inspirado hasta la jugada del gol.

Se agitó entonces el Compostela que se acercó en un par de ocasiones al área defendida por Pau Torres. La primera fue consecuencia de una buena jugada de Marcos Remiseiro (41’), cuyo tiro impactó en el cuerpo de Calavera, uno de los destacados de anoche, y luego en un tiro lejano del capitán Álvaro Casas (44’), que se fue por encima del larguero.

Reaccionó Gerard Albadalejo y ya en el descanso dio entrada a Alpha para dar mordiente al ataque, sustituyendo a un desacertado Quintero. Pareció animarse el Lleida con el cambio y Artiles probó el remate, algo blando, obligando a estirarse a Anxo Pérez (49’). El Lleida tuvo más el balón y al menos lo jugó con criterio ante un Compostela que buscaba la igualada a la contra. Josiño (54’) lo intentó, tras una buena pared con Remiseiro, pero su tiro salió alto, muy desviado. El juego volvió a estancarse con mucha circulación en el centro del campo pero con escasa verticalidad. De hecho, el siguiente remate no llegaría hasta el penúltimo minuto de juego en un buen tiro de Miki Villar (89’) al que respondió bien Pau Torres. Los cuatro minutos de añadido acabaron siendo cómodos para el Lleida, ante un rival visiblemente fundido, e incluso pudo aumentarse la cuenta goleadora si el árbitro hubiese señalado como penalti un derribo de Uña a Alpha (93’), pero no lo hizo entre la bronca del público del Camp d’Esports, que volvió a estar de diez.