El básquet rompe barreras

El Club Bàsquet Pardinyes hará realidad una vieja aspiración con la creación del primer equipo de baloncesto en silla de ruedas de Lleida, que este año ya comenzará a entrenar con el fin de debutar la temporada 2019-2020 en la Lliga Catalana. Hace dos años el club ya hizo un primer intento de crear esta sección, en colaboración con la asociación Adsalut, pero al final no se consiguieron suficientes jugadores para formar el equipo y la idea no cuajó. Esta vez, con el apoyo de la Federació Catalana d’Esports per Gent amb Discapacitat Física (FDEDF), que cederá las sillas de ruedas (tienen un coste entre los 2.00 y 3.000 euros), el proyecto tira adelante con fuerza y ya cuenta con ocho jugadores.

“Es un proyecto ilusionante e histórico, porque será el primer equipo de baloncesto en silla de rueda que competirá en Lleida”, apuntó Jordi Mauri, presidente del CB Pardinyes, que anunció la organización de un torneo durante la temporada que servirá de presentación del equipo antes de su debut oficial la próxima campaña. El presidente de la FDEDF, Josep Giménez, se congratuló de esta iniciativa y destacó que “la inclusión debe ser un camino de ida y vuelta: la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad y el de las personas estándar en el mundo de la discapacidad, porque solo hay un mundo”.

El equipo, que empezará a entrenar este año, se presentará en un torneo que se organizará en Lleida

El equipo, que dirigirá Carla Calonge, miembro de la FDEDF, será mixto y ya cuenta con ocho integrantes, algunos sin experiencia previa en el mundo de la canasta y otros que están compitiendo esta temporada en un equipo de Granollers. A cada jugador se le aplica una puntuación en función del grado de discapacidad que tenga (de 1 a 4,5), pudiendo participar personas sin ninguna deficiencia física, a las cuales se le asignan 5 puntos. Entre todos los jugadores que estén en pista no pueden superar los 14,5 puntos, lo que iguala los equipos y fomenta la inclusión.

Imma Ojer, una de las integrantes del equipo, se ha sumado al proyecto sin tener ninguna experiencia en este deporte. “Vengo del mundo del fútbol y el baloncesto la verdad es que no era un deporte que me llamara la atención. Tengo esclerosis múltiple y cuando me propusieron la iniciativa de jugar a baloncesto en silla de ruedas me hizo mucha ilusión. Es una manera de hacer sentir útiles a aquellas personas que tenemos capacidad de poder hacer cosas normales”, señaló.