Homenaje a un pionero

“Cómo ha cambiado el piragüismo, con estas instalaciones y este gimnasio. En mi época no teníamos nada. ¡Tenía que haber nacido 15 años más tarde!”, bromea Joaquím Larroya (Lleida, 6-10-1937), un pionero de este deporte en Lleida y olímpico en los Juegos de Roma 1960 y que desde ayer ya tiene su foto colocada en el gimnasio del Centre de Piragüisme Saül Craviotto. “Cuando inauguramos el Centre en 2013 dijimos que pondríamos las fotos de los olímpicos”, explica Francesc Oronich, delegado en Lleida de la Federación Catalana de Piragüismo. “En su día pusimos la de Saül en Pekín, ahora la de Quimet en Roma y nos quedan por poner la de Damià Vindel en Atenas y las de Saül en Londres y Río de Janeiro. Ojalá también pongamos la de Tokio 2020”, explicaba Oronich en el acto al que también asistió el presidente de la Federación Catalana, el leridano Joan Ignasi Rosell; el concejal Joan Queralt; el delegado territorial de Deportes de la Generalitat, Joan Segura y el presidente del Sícoris Club, Eduard Abella.

Larroya, de 81 años, agradeció el homenaje y señaló que “estoy orgulloso de que tantos años después el piragüismo leridano siga dando olímpicos”. Quimet explica que “hasta hace tres años aún iba con la piragua. Lo tuve que dejar cuando me pusieron prótesis en las rodillas”. Y aunque han pasado muchos años, sigue lamentando que, pese a ganarse la clasificación, no pudo acudir a más Juegos Olímpicos. “Tenía que haber ido a Tokio 1964 y a México 1968”, explica. “Pero para Tokio yo era el único piragüista que hizo marca y decidieron que no fuera porque no había nadie más. Y en México fue el alcalde, Casimiro Sangenís, quien no me dio el permiso. Yo era funcionario municipal y me puso como excusa que a mis compañeros no les iba a sentar bien que me fuera tanto tiempo. Le dije que me tomaría esos días de mis vacaciones y me respondió que pidiera la excecencia. Decepcionado, me retiré con 31 años. No había el apoyo de ahora. Tenía que haber nacido 15 años más tarde”, insiste entre risas.