LO MEJORLO PEOR
Vuelven a mandar
El Força Lleida recupera la autoestima perdida en Granada con una victoria ante el Canoe que le devuelve el liderato de la Liga || Un parcial de 12-0 en el último cuarto decidió
El Força Lleida necesitaba un baño de autoestima tras el desastre de Granada y ayer se lo dio a costa de un correoso e incómodo Canoe, ante el que firmó una victoria trabajada pese a lo abultado del marcador final (73-55) que le permite volver a liderar la LEB Oro gracias a su mejor average general. Un premio merecido para un equipo que volvió a mostrar su solidez y que rozó una plusmarca histórica, al colocar hasta ocho tapones, a uno del récord.
Después del varapalo sufrido en Granada hace una semana, sobre todo en un primer cuarto demencial (28-9) que acabó siendo determinante en la derrota, el Força Lleida salió mentalizado a no repetir errores. Debía salir con mayor energía, como había reclamado su técnico en la víspera, y al menos en los primeros minutos cumplió. Un parcial de 6-0 de salida, con una penetración de Kyei y dos contraataques de Turner y Feliu, así lo corroboraba.
El equipo colocó ayer ocho tapones y se quedó a uno del récord histórico logrado el año pasado ante Araberri
Pero no hubo continuidad y el Canoe, a pesar de no poder contar con su gran referente por lesión, Tyson Pérez, no tardó en equilibrar el marcador (8-8) e, incluso, darle la vuelta (12-14) poco antes de acabar el primer cuarto. Por suerte, la entrada de Mbaye dio algo de luz al juego de ataque leridano y dos canastas suyas permitieron al Força Lleida llevarse el primer asalto, algo que no sucedía desde el partido en la pista del Cáceres.
El segundo periodo comenzó por los mismos derroteros, sin que ninguno de los dos equipos impusiera su ley. Un triple de Quintela en el ecuador del cuarto pareció dar cierto aire al Força Lleida (24-18), pero rápidamente Jugovic dio la réplica (24-21). El escolta gallego, más activo que en anteriores partidos, completó acto seguido una penetración y asistió para la canasta de Fall que establecía una máxima ventaja de siete puntos (28-21), que acabaría siendo de nueve (34-25) al descanso, una ventaja más amplia de lo esperado por lo visto sobre la pista.
Los de negro habían ido de menos a más, pero sin alardes, mientras los madrileños habían invertido su tendencia, acabando atascados por la defensa local –agotaron dos posesiones casi consecutivas– y faltos de un referente ofensivo más allá de Jugovic, que tuvo que multiplicarse ante la baja de Pérez, uno de los líderes en valoración de la Liga.
A la vuelta de los vestuarios, la situación aún se puso más de cara para los de Jorge Serna, ya que dos acciones de Turner, la primera tras completar un alley hoop servido por Quintela, les dio otra máxima ventaja, ahora de 13 puntos (38-25). El Força Lleida volvía a tener el partido en sus manos, pero por segunda vez lo dejó escapar. El Canoe no se rindió y poco a poco fue recortando diferencias. A los de negro se les fundieron los plomos en ataque y en defensa empezaron a flojear, permitiendo canastas fáciles. Todo ello se tradujo en un parcial de 0-8 que dejaba la renta en solo cinco puntos (40-35). Pese a un triple de Chapela, que rompía una sequía de más de tres minutos sin anotar, el marcador aún se apretó más con otro parcial en contra, ahora de 0-5, con triple de Jugovic, que hacía saltar todas las alarmas (43-40). La aparición de Kyei y Sierra dio un poco de oxígeno (47-40) a los leridanos antes de afrontar el último asalto.
Había que sufrir, no tocaba otra si se quería ganar el partido. En ese momento crucial, el Força Lleida dio una vuelta de tuerca a su juego y por unos minutos fue aquel equipo agerrido, luchador incansable y batallador que había asombrado en el arranque de Liga. En apenas tres minutos liquidó el partido. Tres minutos en los que firmó un parcial de 12-0 que elevó la ventaja hasta los 17 puntos inalcanzables (59-42). Fall, que firmó seis de ellos casi consecutivos, y la aparición de Djuran con un triple definitivo, fueron los estandartes de un Força Lleida que tuvo en Sierra a su mejor bastión. El madrileño, que reaparecía tras su lesión de tobillo, tuvo buena parte de culpa en la victoria. Su defensa y, sobre todo, su exhibición en el rebote ofensivo, dando infinidad de segundas opciones a sus compañeros, resultó determinante. Tanto, que su entrenador no dudó en felicitarlo en medio del partido. No era para menos. Al final hasta hubo minutos para los no habituales Brià, que anotó un triple, y el vinculado Oliva. Fiesta completa.