DEPORTES
Antológico Messi
Volvió a demostrar que es el mejor del mundo con una actuación de escándalo en el derbi, marcando dos golazos de falta y dando la asistencia de otro || El Barça sigue invicto en Cornellà-El Prat y se mantiene líder aventajando en 3 puntos a Atlético y Sevilla
El FC Barcelona goleó anoche al Espanyol por 0-4 y se llevó un derbi en el que el gran protagonista fue el argentino Lionel Messi, quien cuajó una actuación estelar. El ‘10’ azulgrana marcó dos golazos de falta (en el minuto 17 y en el 65), pero pudo hacer varios más. Completaron la cuenta el francés Ousmane Dembélé (min.26), quien culminó con un gran disparo de rosca una asistencia del propio Messi, y el uruguayo Luis Suárez (min.45), en jugada personal.
Con esta victoria, los azulgranas continúan invictos en Cornellà-El Prat y líderes manteniendo su ventaja de tres puntos sobre el Atlético, que derrotó (3-0) al Deportivo Alavés, y ampliando a tres su renta sobre el Sevilla, que igualó (1-1) en su visita al Valencia. El Real Madrid, quinto en la tabla, ha dormido a ocho puntos del Barça, antes de visitar hoy (16.15 h./beIN Liga) al Huesca.
El equipo barcelonista fue muy superior ante un Espanyol que encajó su cuarta derrota seguida
Leo Messi, el mejor del mundo, el quinto este año para algunos “expertos” del Balón de Oro, dictó la sentencia del derbi cuándo y cómo quiso. Anotó dos golazos de falta, dio la asistencia de otro y fue el iniciador del cuarto. Además, protagonizó un remate al poste del que muchos sacarían pecho. El crack del Barça no solo destrozó al Espanyol sino que fue capaz de vaciar el estadio. El dominio del argentino es incuestionable ante un equipo blanquiazul que sumó su cuarta derrota seguida.
Al descanso los blanquiazules ya perdían por un contundente 0-3 y en la reanudación no pudieron sobreponerse. De hecho, fueron varios los aficionados pericos que abandonaron su asiento.
El Espanyol, con un planteamiento ligeramente más defensivo que en anteriores compromisos, salió bien plantado atrás. En los primeros compases, los azulgranas no se acercaron con claridad suficiente al área de Diego López, mientras que el anfitrión dispuso de alguna contra muy tímida de Borja Iglesias.
La maquinaria ofensiva del Barça, pese a no tener oportunidades diáfanas, empujaba a los blanquiazules a la línea de fondo. Su presión dificultaba mucho a los de Rubi salir con el balón controlado. Al final, llegó el premio. Una falta desde 20 metros que Messi mandó pegada al palo izquierdo para firmar el 0-1 en el minuto 18.
Poco después, Luis Suárez intentó aprovecharse de los instantes de conmoción del Espanyol, pero Diego López atajó su disparo a bocajarro.
En el minuto 26, los de Valverde abrieron brecha con un latigazo cruzado de Dembélé. El francés definió con gran precisión una vistosa jugada de Messi a la contra, que lo hizo todo bien, pero prefirió pasar el balón a su compañero. El 0-2 supuso un mazazo duro para los blanquiazules. El Espanyol no tenía buena pinta. Además de la distancia en el marcador, cometía imprecisiones en zonas de riesgo y tenía serias dificultades para controlar el balón. En el 37, el Barça pudo marcar el tercero, aunque la fortuna se alió con los locales: Rakitic estrelló el balón contra el meta y Suárez mandó el rechace al palo.
El uruguayo, pese a todo, subsanó su error justo antes del descanso. Llegó hasta la línea de fondo y pasó la pelota por debajo de las piernas Diego López. El RCDE Stadium enmudeció con el 0-3 y el árbitro pitó el final de la primera mitad.
El Espanyol se fue a los vestuarios hundido, pero se levantó en la reanudación. Sin embargo, Messi dijo basta y endosó el 0-4 al fusilar otra falta directa en el minuto 65. Algunos aficionados pericos ya no aguantaron ni un segundo más la actuación estelar del ‘10’ azulgrana y abandonaron el estadio antes de tiempo.
Los blanquiazules intentaban maquillar su imagen y Rubi alineó a más jugadores ofensivos. Óscar Duarte incluso marcó el 1-4, pero el VAR, tras una larga deliberación, lo anuló por fuera de juego.
El partido se había convertido en casi un monólogo del Barça. El anfitrión hacía muchos minutos que había dicho adiós al partido. El ambiente ese había apagado y el Barça jugaba sin preocupaciones, buscando el quinto con las gradas cada vez más vacías, que no llegó.