Las niñas también chutan

Laia Farré, de Anglesola, y Tanit Mayora, de La Figuerosa, son dos niñas de 7 años cuyo sueño es ser futbolistas y, para ello, ante la falta de más niñas de su edad, tienen que compartir su pasión con niños jugando en equipos masculinos. Esta temporada han empezado a entrenar con la escuela de fútbol de la Unió Esportiva Tàrrega con el objetivo de llegar a convertirse algún día en futbolistas profesionales. Son las dos niñas más pequeñas del club y juegan en la categoría de prebenjamines en equipos en el que el resto de jugadores son niños. Tanto Laia como Tanit coinciden en que “nos lo pasamos muy bien jugando al fútbol con nuestros compañeros”. En el caso de la primera se enamoró de este deporte hace un par de años cuando vio por la tele un partido del Barça, equipo que admira y sigue, mientras que Tanit juega al fútbol desde los cuatro años y ya había entrenado en la escuela de fútbol hace dos temporadas con la categoría de minis, si bien después lo dejó una temporada. Su equipo favorito es también el Barça.

Ambas, explicaron a este diario que entrenan en el campo del Tàrrega todos los miércoles y los viernes por la tarde, donde practican pases y hacen los diferentes ejercicios que les marcan los entrenadores, a la vez que participan en minipartidos de unos cinco minutos. Esta es la actividad que más les gusta. Las posiciones en el campo preferidas por Laia son las de portera y centrocampista, mientras que Tanit quiere ser portera o delantera.

Dicen que al principio a los niños les costaba pasarles el balón pero “les llamaron la atención”

Después de unos meses jugando con niños aseguran que “somos una más”, si bien reconocen que “al principio a los niños les costaba pasarnos la pelota, hasta que los entrenadores les llamaron la atención. Ahora ya no, siempre nos tienen en cuenta”, explican.

El Club Esportiu Escola Futbol (CEEF) la UE Tàrrega tiene actualmente unos 300 jugadores, repartidos en un total de 22 equipos, de los que tan solo hay cinco chicas. Se trata de Laia y Tanit, en prebenjamines; Aina y Elena, en alevines, y Kawla, en infantiles. Asimismo, la Escola también está presidida por una mujer, Xènia Ballester, desde hace tres temporadas y, por primera vez desde este 2018-19, cuenta también con una coordinadora, Milena Boldú.

Desde la escuela explican que el único inconveniente de los equipos mixtos son los vestuarios, si bien siempre se las apañan. En el caso que coincidan en campos donde jueguen equipos femeninos, sus chicas se cambian en el vestuario dedicado a mujeres, y en el caso de que no haya, dejan duchar primero a las chicas, que son muchas menos, y después entran los chicos.