FÚTBOL EPRIMERA DIVISIÓN
Bartomeu sostiene a Segura tras la dimisión de Mestre
El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, intenta frenar la crisis abierta tras la dimisión, el miércoles, del vicepresidente deportivo del club, Jordi Mestre, asumiendo personalmente las funciones del dimitido dirigente, al que de momento no buscará sustituto. Al mismo tiempo, la continuidad del director deportivo, Pep Segura, parece estar garantizada, según apuntaron diversas fuentes, a pesar de que su cargo pendió de un hilo, ya que Mestre era uno de sus máximos valedores.
Tras la marcha del vicepresidente, Segura entendió que su cargo se encontraba debilitado en el club y por ello se reunió ayer con el presidente, Josep Maria Bartomeu, encuentro tras el cual el máximo ejecutivo del fútbol azulgrana mostró su compromiso y confianza en continuar con el proyecto, y de esta forma, también encontró el aval presidencial.
Segura, exprofesor de fútbol en el INEF de Lleida, llegó al Barcelona en 2015, de la mano del propio Bartomeu tras vencer en las pasadas elecciones. El máximo mandatario le puso a cargo de la cantera, un puesto que ocupó hasta julio de 2017, momento en el que pasó a ser nuevo director deportivo del equipo azulgrana. Esta crisis demuestra discrepancias en el seno de la junta directiva azulgrana, sobre la gestión que se está haciendo sobre los fichajes y las salidas.
El trabajo de Segura se ha visto también cuestionado por varios directivos, que le achacan gran parte de la responsbilidad de la pérdida de peso de la cantera en la primera plantilla, donde hace tiempo que no se consolida ningún canterano.
Por otra parte, con la marcha de Mestre, ya son cuatro los vicepresidentes que han dimitido bajo el mandato de Bartomeu en los últimos dos años y medio, tras el adiós de Susana Monje (26 de noviembre del 2016), Jordi Vilarrubí (1 de octubre del 2017) y Manel Arroyo (16 de julio del 2018). A ellos se suma el adiós del directivo Jordi Monés, quien junto a Vilarrubí, no aceptó la posición del club el 1 de octubre del 2017, por no querer suspender el partido Barça-Las Palmas tras las agresiones sufridas por los ciudadanos en los colegios electorales por parte de la Policía y la Guardia Civil.