ALPINISMO EXPEDICIONES
Dos leridanos abren nuevas vías en los Andes
Jordi Marmolejo y Oriol Baró abren dos nuevas rutas para subir al Sacsarayoc (5.918 m) y al Sorinami (5.420 m), dos cimas vírgenes|| Ambas están calificadas de Muy Difíciles en el argot alpinista
Jordi Marmolejo, del Centre Excursionista de Lleida, y Oriol Baró, del Centre Excursionista Alta Ribagorça y natural de Taüll, acaban de regresar de los Andes peruanos donde abrieron dos nuevas rutas de ascensión, una en la pared sur de la cumbre del Sacsarayoc (5.918 m.), que se levanta sobre un valle muy inaccesible, y otra en el Sorinami, de 5.420 metros. Son dos cimas prácticamente vírgenes y, de hecho, al Sacsarayoc solo había subido antes una expedición australiana que estuvo tres meses allí, en los años 50, y lo hizo por la cara norte, más asequible que la que abrieron Baró y Marmolejo.
Los alpinistas leridanos hicieron cumbre en el Sacsarayoc el pasado 10 de julio entre las 6.00 y las 7.00 horas de la mañana en Perú tras subir de un tirón por paredes de hielo y nieve desde las 2.30 de la madrugada aprovechando el frío nocturno. Bajaron haciendo rápel en diez tramos de 70 metros cada uno. La nueva vía la bautizaron como ‘Pisco Sour’ (un cóctel típico peruano) y se trata de una ruta MD+800, que en la graduación alpinista significa Muy Difícil y de 800 metros de longitud. “Llegamos por el pueblo de Yanama, a 3.400 metros, y desde allí con un arriero, Alejandro, que nos acompañó con sus mulas por sitios por los que ni él sabía si podríamos pasar. Luego buscamos el camino, primero por terreno de hierba y después por el glaciar. En todas las ascensiones hemos tenido que trazar nosotros el camino”, explica Jordi Marmolejo. Él llegó a Perú a finales de junio y pasó unos días de aclimatación escalando una cima de unos 4.000 metros en el distrito peruano de Pitumarca, a unas dos horas por carretera de la ciudad de Cuzco, y posteriormente ascendió por una ruta inédita el Sorinami (5.420 m.). A esta vía, una MD+400, le pusieron de nombre La Flaca.
Oriol Baró, una figura muy respetada en la comunidad alpinista española y que se conoce la Patagonia como la palma de su mano, llevaba ya dos meses antes de llegar Marmolejo, con el balance de haber abierto siete vías nuevas y haber alcanzado las dos cumbres vírgenes mencionadas.