PIRAGÜISMO MUNDIAL JÚNIOR Y SUB-23 DE ESLALON
Una penalización deja a Travé sin medalla en el Mundial
La suerte le fue esquiva ayer a Miquel Travé en la final de canoa sub-23 del Mundial de eslalon que se disputa en Crakovia. El palista de La Seu recibió una penalización de dos segundos por tocar la puerta número ocho del recorrido que le privó de subir al podio. De no haber cometido ese error, Travé hubiera firmado el mismo tiempo que el francés Lucas Roisin para colgarse la medalla de plata.
El palista del Cadí, que afronta su primera temporada en la categoría sub-23, después de ser campeón europeo y mundial júnior de C1 el año pasado, inició la final en tercera posición, después de clasificarse con el octavo mejor tiempo de las semifinales. Cubrió bien el trazado hasta que topó con la octava puerta que trastocó sus planes. Aun así, cruzó la meta con el segundo mejor crono hasta ese momento, (93.34) solo superado por Roisin (91.34) por los dos segundos de penalización. Con la llegada del también galo Nicolas Gestin, que firmó un crono que nadie más superaría (90.39), Travé bajó a la tercera plaza, pero fue el descenso del irlandés Liam Jegou el que, con 91.97, dejó definitivamente al leridano fuera de las posiciones de honor. Al final acabó sexto.
El urgelense, tras seis penalizaciones, se quedó fuera de la lucha por las medallas en canoa
La misma posición firmó la también leridana Laia Sorribes. La campeona europea y subcampeona mundial júnior de 2017 era una de las favoritas a la medalla en K1 sub-23. Ya lo había demostrado en la semifinal marcando el segundo mejor registro, pero en la lucha por las preseas la pontsicana no anduvo fina. Completó un descenso limpio, sin penalizaciones, pero algo lenta. Marcó un tiempo por debajo de los 100 segundos, lejos del podio. La checa Amalie Hilgertova fue oro, seguida de la polaca Klaudia Zwolinska y la alemana Selina Jones.
Peor suerte corrió el urgelense Pau Etxaniz, que no logró meterse en la final de C1 júnior. Hoy buscará redimirse en la modalidad de kayac.