AUTOMOVILISMO GRAN PREMIO DE ALEMANIA
Verstappen triunfa en el caos
El holandés Max Verstappen reinó ayer en el caos de Hockenheim. De lluvia a seco, de seco a lluvia, coches de seguridad, accidentes, toda una locura que acabó con una victoria épica del holandés de Red Bull en el GP de Alemania más inexplicable que se recuerda, con un podio inexplicable que completaron Sebastian Vettel, tras una gran remontada, y el Toro Rosso de Kvyat. Carlos Sainz estuvo muy cerca del tercer cajón pero al final se tuvo que conformar con ser quinto. Hamilton, líder del Mundial, pudo al final puntuar por una sanción a los Alfa Romeo debida a una infracción en la salida, revisada después de la carrera.
Se vivieron momentos de caos, pues horas antes de la salida empezó a diluviar, lo que modificaba el panorama que se estaba viendo el fin de semana, con jornadas en seco y de bastante calor. Así que el inicio estuvo pendiente de lo que Dirección de Carrera hiciera con su safety car, que dio varias vueltas para guiar a los monoplazas mientras estos se acomodaban al asfalto mojado. Tras una simbólica concesión de Hamilton, los responsables del gran premio optaron por efectuar una salida tradicional en parrilla y recortaron el número de vueltas, desde las 67 previstas hasta 64.
Aunque en el arranque no hubo incidentes graves, con Sainz yéndose un poco por el exterior, tan solo pasaron cuatro vueltas hasta verse el primer incidente y los primeros cambios de estrategia. Lo protagonizó el mexicano Sergio Pérez, que se quedó fuera de combate e hizo que entrara el safety car. Ante tal situación, todos los pilotos acudieron al pit lane y quitaron sus neumáticos de lluvia extrema para montar un juego de intermedios. A esas alturas, Vettel ya había comenzado su gesta desde la vigésima posición, incluso siendo testigo de cómo el australiano Ricciardo rompía el motor en la vuelta 15.
Hamilton dominaba sin sobresaltos, mientras que su compañero Valtteri Bottas luchaba con Verstappen en los lugares de honor. El finlandés le ganaba la partida hasta entonces al neerlandés, que fue el gran favorecido por el recital de despropósitos que llegó a continuación en los garajes. El danés Kevin Magnussen (Haas), a mitad de carrera, entró en boxes y puso ruedas intermedias a pesar de que volvía a llover con intensidad. El resto de escuderías imitó ese plan, aunque pareciera un riesgo, y de sopetón se desencadenaron fallos y adelantamientos.
Fue el momento crucial, ya que Hamilton se marchó por fuera en la curva 17 y estropeó sus opciones a la victoria. Poco antes había corrido la misma suerte el monegasco Charles Leclerc, con su Ferrari encallado. A continuación del safety car, que estaba teniendo mucho trabajo, se relanzó la carrera en la vuelta 33, con Verstappen liderando y siendo escoltado por el alemán Nico Hulkenberg (Renault) y por un Bottas irregular.
A Mercedes se le habían torcido las cosas, especialmente tras los 5 segundos de penalización impuestos a Hamilton por saltarse un bolardo durante su incidente. Apenas cuatro giros más tarde, Bottas redondeó la mala racha de Mercedes y se quedó fuera. Y de nuevo el coche de seguridad acaparó los focos a cinco vueltas para el final, aprovechadas por Verstappen para amarrar su segundo triunfo de la temporada mientras Vettel rebasaba ‘in extremis’ a Kvyat.