¡Campeones del mundo!

España volvió a proclamarse ayer campeona del mundo en una exhibición defensiva que logró desactivar a Argentina, a la que dejó con la miel en los labios (75-95). Trece años después de su triunfo en Japón, se repitió la historia de aquella final. Solo hubo un equipo sobre la pista, lo que tiene mucho mérito al tener enfrente a un rival con Scola y Campazzo en un estado de forma superlativo.Ahí estuvo el mérito de los españoles. Secaron a las dos estrellas rivales, se multiplicaron atrás y atacaron con la confianza de un equipo con más experiencia.

De entrada, Scariolo dio entrada al leridano Pierre Oriola con una función tan clara como titánica: intentar frenar a Scola. Del jugador de Tàrrega fue la primera canasta. Le siguió el acierto desde media distancia de Ricky Rubio y un triple de Marc Gasol. Argentina no estaba fina y empezaba a encadenar errores, lo que intentó frenar Sergio Hernández con un tiempo muerto al verse con el 2-12.Brussino era el único con ideas claras en ataque y suyos fueron los primeros 7 puntos de una selección que supo rehacerse y frimó un parcial de 8-0 que la metió de lleno en la final. Casi cuatro minutos de sequía española a punto estuvieron de costarle la renta que tanto le había costado construir. La ventaja se quedó en un punto, aunque el equipo de Scariolo fue capaz de rehacerse y acabar el primer cuarto con un cómodo 14-23.

La defensa sobre la estrella argentina fue una de las claves, pues no anotó hasta cinco minutos para el final

La selección tomará un vuelo chárter y tiene previsto aterrizar en Madrid sobre las 15.50

Argentina subió la presión para correr al contraataque pero no se encontraba nada cómoda. Los tiros no le entraban y España seguía a lo suyo. Dos triples de Rudy subieron el 14-31 y Laprovittola se vio obligado a tomar las riendas. El base del Real Madrid supuso un alivio momentáneo para el ataque argentino. La mejor noticia para España era el 0 de Scola.Como la defensa le funcionaba, España disfrutaba y alcanzaba el descanso con el 31-43.

El tercer cuarto comenzó con Scola fuera y España creciendo.

Marc Gasol taponaba atrás por partida doble y Ricky Rubio hacía lucirse a sus compañeros. También anotaba y un 2+1 para la máxima ventaja hasta entonces (33-55). Al verse contra las cuerdas, Argentina tiró de raza. Scola pudo estrenar su casillero con un par de tiros libres. Habían pasado 27 minutos y las diferencias seguían rondando la veintena de puntos. A los diez minutos finales se llegó con el choque casi encarrilado para España y los argentinos en busca de un milagro (49-66). El último cuarto empezó en la línea de los tres primeros, pero Argentina apretó en defensa y logró ponerse a 12 puntos con 7 minutos por delante. La batalla empezó a ganar emoción. Argentina no daba su brazo a torcer y, a falta de Scola, tiró de Laprovittola, Deck y Campazzo. Llull, con un 2+1 y Juancho Hernangómez con un triple insuflaron oxígeno a España, coincidiendo con la primera canasta en juego de Luis Scola, a 5:37 del final. España no se fiaba, consciente del rival que tenía enfrente, que aprovechaba cualquier pequeño despiste para golpear con la fe que le caracteriza, aunque el tiempo jugaba en su contra. La selección de Scariolo se dedicó a mover la bola con criterio para sellar el triunfo. Se fue de Pekín invicta y con su segundo Mundial en el bolsillo. La nueva generación supo devolver a España a la cima del baloncesto 13 años después de Japón.