BALONCESTO LEB ORO
Un equipo con mucho por pulir
El ICG Força Lleida no pudo llevarse a sus vitrinas una nueva edición del Trofeu Feròptics Ciutat de Lleida, después de perder ante el Peñas Huesca (70-84) en un partido que los maños dominaron casi de principio a fin y en el que los de Jorge Serna evidenciaron que aún deben pulir muchas cosas a una semana vista del debut liguero.
El ICG entró frío al partido, con una defensa poco intensa y con muy poca circulación del balón, todo lo contrario que el Huesca, que comenzó muy enchufado y al poco ya doblaba a su rival (5-11). Serna dio entrada a cuatro jugadores de una tacada (Chapela, Shaquille Cleare, Carey y Pa Mor Diene) y la decoración cambió radicalmente. Un parcial de 6-0 igualó el partido y obligó al técnico maño a pedir tiempo muerto. El juego de los leridanos se mantuvo. Un triple de Chapela, que le dio otro ritmo al equipo, completó un parcial de 9-0 y Santa Ana, en transición, estableció poco después la máxima diferencia en todo el duelo (16-12), para llegar al final del cuarto con dos puntos arriba (20-18).
Pero todo cambió en el segundo periodo, en el que el ICG Lleida fue arrollado por su rival, que aprovechó al máximo las grandes facilidades que los leridanos dieron en defensa, donde siempre llegaban un segundo tarde. En ataque la situación no fue mejor. El equipo no amenazó con su tiro, que fue estéril, y tampoco hubo fluidez en el pase, abusando en exceso del bote sin encontrar una opción clara para lanzar. Así el Huesca le endosó un parcial global de 17-30 para irse con una ventaja de 11 puntos al descanso (37-48).
Serna, muy enojado, alargó el tiempo en el vestuario intentando dar con la reacción, que no llegó en la reanudación. La sangría visitante no cesó y la ventaja se elevó hasta los 15 puntos de inicio (37-52). Los de negro solo subsistían gracias a los puntos de Shaquille en la pintura, el tiro exterior de Feliu y alguna penetración de Carey. Al final del tercer cuarto la desventaja era de diez puntos (50-60), pero sin visos de reacción.
En el último asalto, Serna tuvo que parar el partido a los dos minutos porque el Huesca había recuperado su máxima renta (52-67). Dos triples seguidos de Feilu y Santa Ana parecieron dar otro aire al Força Lleida, pero fue un mero espejismo y los maños alcanzaron su máxima ventaja, 16 puntos (58-74). El técnico leridano, que ayer no pudo contar con Agustí Sans (inédito aún en esta pretemporada) ni con Marc Martí, optó por jugar los últimos minutos sin un base puro, siendo Carey el improvisado director de orquestra. La situación no empeoró, pero tampoco mejoró, cerrando con una derrota el último amistoso serio antes de arrancar la Liga dentro de una semana.