Licencia para soñar

El ICG Força Lleida pone en marcha el domingo su octavo proyecto en la LEB Oro con una configuración que invita a soñar, pese a que el objetivo real es la permanencia. El play off de ascenso, que no se disputa desde 2015, vuelve a ser una meta tan lejana como abarcable, pero que depende de múltiples factores. El principal, la adaptación de la plantilla a la complejidad de una categoría muy acostumbrada a las sorpresas. Ni los favoritos lo son tanto después del salto inicial ni los descartes asumen su papel en el guión.

En este sentido, el club ha apostado fuerte por mantener el bloque de la pasada temporada, con solo cinco refuerzos y la confección de una plantilla amplia que responde a la necesidad de no improvisar en el caso de sufrir inoportunas lesiones. Múltiples ejemplos de los últimos años le dan la razón. La formación del proyecto comenzó con solo dos jugadores con contrato, Mbaye y Lafuente, a los que después se añadieron las renovaciones de Stutz, Sierra y Chapela, además de las nada fáciles de Feliu y Shaquille O’Neal Cleare, que tuvo en vilo a la afición durante todo el verano. Estaba totalmente descartado en junio, pero a finales de agosto decidió que “en ningún sitio como en el Barris Nord”. A la hora de reforzar las líneas, el cuerpo técnico ha apostado por la polivalencia, con jugadores que pueden combinar dos y hasta tres posiciones en la pista. Chapela y Lafuente tendrán como compañero en la dirección de juego a Agustí Sans, que vuelve al club después de su paso por Oviedo y Huesca con un perfil más maduro, nada que ver con el jugador que estuvo de forma temporal entre noviembre y diciembre de 2016 con la complicadísima misión de suplir a Rupnik y que por físico puede defender a escoltas.

También vuelve el leridano Marc Martí, mucho más ‘hecho’ tras su experiencia en la Liga ACB con el Zaragoza, habiendo ganado en músculo y dureza. El rookie de la temporada será Steve Santa Ana, que llega directamente de la NCAA estadounidense con la labor de aportar puntos desde la línea exterior. También se estrenará en la LEB Oro el bahameño Mike Carey, un auténtico combo, capaz de atacar como un escolta, defender a aleros altos e incluso dirigir al equipo. El último en llegar ha sido el senegalés Pa Mor Diene, una apuesta de futuro que, con 21 años, está destinado a evolucionar del cinco al cuatro, con movilidad pero carencia de peso.

La pretemporada ha dejado un cierto sabor amargo, con solo una victoria, frente al Castelló, y la eliminación en la Lliga Catalana, competición que parece no querer regresar a las vitrinas del club. Sin embargo, ninguno de los equipos ha dado en estas semanas la imagen que se le supone durante la temporada. Ha sido un periodo para el ajuste de piezas, empaparse de sistemas y de mucho trabajo físico. Los de Jorge Serna no han sido una excepción. La LEB Oro es exigente, un maratón en el que no se trata de correr más rápido, sino de resistir y llegar a meta.