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Piqué y sus compañeros agradecen el apoyo a los aficionados azulgranas.

Piqué y sus compañeros agradecen el apoyo a los aficionados azulgranas.EFE

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El Barça ganó 0-2 ayer al Getafe y volvió a saborear una victoria a domicilio después de tres jornadas de Liga y más de cinco meses sin conseguirlo gracias al empuje de Luis Suárez y a una actuación poco afortunada del portero David Soria. El delantero charrúa sacó toda la casta que necesitaba su equipo para afrontar una situación enquistada en campos ajenos. El Barcelona sumaba demasiados partidos oficiales, hasta siete sin ganar lejos de su estadio, y necesitaba romper esa mala racha cuanto antes.

Sin Lionel Messi, sin Ansu Fati y con la ausencia de última hora de Osumane Dembéle por unas molestias musculares, el Barcelona tenía que afrontar su crisis fuera del Camp Nou en uno de los estadios más rocosos de Primera.

El guardameta alemán, que sigue en una gran forma, dio la asistencia del 0-1 y resolvió bien su trabajo

Para sustituir a Dembélé, Ernesto Valverde apostó por Carles Pérez. Ocupó la zona derecha del ataque, en el sector de Allan Nyom, sin duda el jugador más frágil del Getafe. El francés es todo voluntad, pero con la pelota en los pies, sufre. Y en la primera parte, Valverde intentó explotar ese agujero con Carles Pérez. Por ahí llegaron algunas de sus pocas ocasiones.

Por la banda de Firpo, muy dubitativo en ocasiones y frágil en defensa, llegó casi todo el peligro de los hombres de Bordalás, que salieron a presionar al Barcelona desde el primer minuto. Intentaron asfixiar la salida del balón azulgrana y por momentos lo consiguieron. Salvo algunos despistes y algún arranque de orgullo azulgrana, la primera parte fue de color azul.

El Getafe, en sus momentos inspirados, tuvo dos ocasiones muy claras. Ambas, en botas de Ángel. Ahí se esfumó la opción del Getafe de marcharse por delante en el marcador al descanso. Había anulado casi por completo al Barcelona, que apenas tuvo una opción en las botas de Carles Pérez tras un fallo tremendo de Nyom.

Al final fue Luis Suarez, que antes rozó el gol con un disparo desde fuera del área, quien abrió el marcador. El cuadro azulgrana, comprimido como una lata en su parcela de campo, marcó de la única manera que pudo hacerlo: balón largo de Ter Stegen convertido en asistencia, aparición de Luis Suárez, dudas en la salida de Soria y gol de vaselina. Ese fue el resumen del acto inicial, en el que el Getafe mereció mucho más y fue castigado por su falta de acierto en los últimos metros.

El tanto del uruguayo al borde del descanso sentenció al equipo de Bordalás, que recibió otro jarro de agua fría con el tanto de Junior en los primeros minutos. El tanto del defensa azulgrana acabó con cualquier aspiración del Getafe por conseguir algo positivo. Con muy poco, el Barcelona había hecho mucho daño.

Los hombres de Valverde cerraron cualquier posible fuga de agua, controlaron el partido, lo pararon cuando quisieron como muy bien sabe hacer su rival, que tomó un poco de su propia medicina y acabó el duelo sin sumar más oportunidades.

Al final, el Barcelona, con poco fútbol, con el empuje de Luis Suárez, con el mono de trabajo e incluso con un jugador menos por la expulsión de Lenglet a falta de diez minutos, rompió su mala racha a domicilio. El sofoco de Granada ya está olvidado.

Triunfo balsámico de los azulgranas que ahora ya empezarán a pensar en el Inter y en la Champions este miércoles en el Camp Nou (21.00).

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