El Agramunt y el Guissona fusionan sus equipos séniors masculinos y femeninos de balonmano ante la falta de efectivos

El Club Handbol Agramunt y el ACLE Guissona, dos entidades históricas del balonmano leridano, en localidades separadas por 21 kilómetros, han decidido unir esfuerzos esta temporada y fusionar sus equipos séniors masculinos y femeninos ante la adversidad debido a la falta de efectivos y a la poca competitividad. La idea surgió la pasada temporada, cuando el equipo masculino del Agramunt descendió a Cuarta Catalana, última categoría donde ya estaba el conjunto de Guissona, que a duras penas podía completar la plantilla. En el caso de los equipos femeninos, los dos descendieron a Segunda Catalana, también la última categoría. “Tenemos una buena base, pero el problema surge cuando los jóvenes se van a estudiar fuera porque les perdemos”, explica Albert Gómez Subarroca, coordinador del ACLE Guissona. “Hay clubes de Barcelona que tienen hasta sénior C”, exclama Òscar Ginestà, presidente y coordinador del Agramunt, y entrenador del equipo masculino surgido de la nueva fusión. Ginestà jugó hasta la temporada pasada con 34 años, cuando decidió pasar a tareas de entrenador. “Aquí hago de todo, pero hay más veteranos que yo jugando. Este es el problema, que nos cuesta encontrar el relevo generacional”, apunta Ginestà refiriéndose a los dos porteros del equipo Ivan Pellicer y Sergi Català, ambos con los 45 años ya superados.

A Ginestà le ayudará en el banquillo Pau Valero, otra alma mater, pero en su caso del Guissona. Un técnico de cada club. Lo mismo en el femenino con Jaume Espinal del Agramunt y Àlex Navarro del Guissona. “Nos llevamos fantásticamente”, dice Albert Gómez Subarroca, cuya madre, Pilar, es la presidenta del Guissona. “De hecho, hace tres temporadas ya nos marchamos cinco jugadores de Guissona al Agramunt y también hace tres temporadas ya probamos la fusión con el infantil femenino y quedó un buen proyecto”, remarca. “Ojalá en un futuro unamos a las dos canteras en una sola. Esto no es solo un proyecto deportivo sino un proyecto casi vital. Somos muy pequeños en el balonmano catalán, pero unidos nos sentimos más fuertes y este año aspiramos a estar arriba”, señala Òscar Ginestà. Ambos equipos comenzarán a competir este fin de semana, los dos en Agramunt, pero quieren alternar sus partidos y sus entrenamientos con Guissona. En las nuevas equipaciones figurarán ambos escudos y serán de color morado, que es la fusión del rojo y el azul con el que jugaban por separado. El patrocinador Torró d’Agramunt, que cubre buena parte del presupuesto, da nombre a los equipos junto a las siglas ACLE-CHA. El resto de los gastos los cubren los propios deportistas, ya que pagan por jugar 240 euros cada uno.