El debut más esperado

“Nos costó mucho conseguir las primeras canastas pero, por fin, se acerca el día del debut en la competición”, admite ilusionada Carla Calonge que, junto a Neus Canet –ambas jugadoras del Club Bàsquet Lleida– son las entrenadoras del primer equipo de baloncesto en silla de ruedas surgido en Lleida. Era la única provincia catalana que tenía esta carencia y mañana sábado, como una sección más del Club Bàsquet Pardinyes, el equipo se estrenará en la segunda categoría catalana enfrentándose en casa al Costa Daurada. Arrancar, frenar bruscamente, chocar contra un rival, cambiar de dirección, botar el balón, lanzar a canasta y volver a arrancar son acciones aparentemente muy complicadas sentado en una silla de ruedas y, sin embargo, estos deportistas discapacitados lo hacen con asombrosa facilidad, pese a que la mayoría de ellos no había jugado nunca al baloncesto. Actualmente, son nueve sus integrantes, tras quedarse tres por el camino debido a motivos personales o profesionales. Un proceso lleno de dificultades que fue promovido en febrero del pasado año por la propia Federació Catalana d’Esports de Persones amb Discapacitat Física (FCEDF), cuya delegada en Lleida es Sílvia Dalmau, durante una jornada abierta en el pabellón Onze de Setembre.

El CB Pardinyes integró al equipo en su estructura a finales del pasado año y las sillas, que no son como las estándar (las ruedas tienen una disposición oblicua) y pueden llegar a costar 3.000 euros, han sido cedidas por la Federación. Una curiosidad es que los equipos son mixtos (en este hay dos mujeres, Dolors Roure y Asun Aguilar) y se admiten hasta dos personas sin discapacidad pero solo una en pista. “Buscamos alguien que se apunte, pero requiere mucha fuerza y cansa muchísimo”, confiesa Calonge.