RUGBY REPORTAJE
Equipo intergeneracional
La profesora Vanesa Piulats, de 40 años, y su alumna Nerea Cepero, de 16, son compañeras de equipo en el Inef Lleida Rugby || Fruto de la campaña de captación del club en colegios e institutos
Uno de los lemas del rugby dice que “no solo se juega, sino que se vive y se comparte”. Así debieron pensarlo las jugadoras del Inef Lleida Rugby Club, Vanesa Piulats, y Nerea Cepero. La primera, profesora sustituta de Educación Física el curso pasado en el IES La Caparrella y la segunda, alumna suya que no se había interesado por ningún deporte en particular. Ahora juegan en el mismo equipo. “Vanesa nos llevó un día a toda la clase a practicar rugby cinta (no hay contacto y se trata de arrebatar a un rival alguna de las dos cintas que llevan pegadas con velcro en la cintura) para ver si nos gustaba. Fuimos unos veinte y David Carreras (profesor del Inefc y responsable de la sección de rugby) me propuso continuar”, explica Nerea, de 16 años, 24 menos que Vanesa, que lleva dos décadas jugando con interrupciones tan solo cuando fue madre de sus dos hijos.
El caso de Vanesa y Nerea, de dos generaciones distintas, sirve para explicar que el esfuerzo llevado a cabo por el Inef Lleida Rugby Club, el único equipo que hay de este deporte en tierras leridanas, comienza a recoger los frutos de las campañas de captación de jugadores y jugadoras en colegios e institutos. Y, en el caso de las féminas, luchando contra los estereotipos que vinculan a esta disciplina con la agresividad, la rudeza y la masculinidad. Tanto es así que el nuevo proyecto para el rugby femenino, denominado Femení Emerging, ha hecho posible que 14 júniors nutran esta temporada la plantilla del primer equipo, alcanzando la treintena de jugadoras, algo que no ocurría desde hacía una década. Junto a Vanesa, Irela Arbonés es la otra veterana que ha cumplido también los 40 tras iniciarse con 19 años. Faltaba una continuidad para un equipo que ha tenido que echar mano de la imaginación estos últimos años para poder competir. La pasada temporada se creó el Lleida-Quebrantahuesos, una fusión con el equipo de la localidad oscense de Pomar de Cinca. Y años atrás las leridanas se unieron a jugadoras del Vilanova y del Valls para completar una plantilla. “Nos aportamos mutuamente. Nosotras enseñamos a las jóvenes y ellas nos aportan sus grandes ganas. No estamos acostumbradas a tanta abundancia”, ríe Vanesa.
Más de 120 jugadores y apuesta por el rugby inclusivo Aunque el deporte del balón ovalado apareció en Lleida en 1984 de la mano de Alfredo Joven, actual director del Inefc Lleida, no fue hasta 2014 que se creó escuela de base gracias a David Carreras, profesor de dicho centro universitario que coordina la campaña de captación. Actualmente superan los 120 jugadores y jugadoras y hay equipos desde sub-8 en adelante.