Goleada y liderato

El Barça es el nuevo líder de la Liga. Tras su victoria en Ipurua con tres goles de su tridente ofensivo, los de Valverde se auparon a la primera posición de la tabla gracias, también, al pinchazo del Real Madrid en Mallorca, unas horas después. Los azulgranas no tuvieron demasiados problemas para sumar tres puntos ante un Eibar que, por su parte, dio la cara en la primera parte.

La gran noticia, además de la segunda victoria del curso a domicilio y haber mantenido la portería a cero por tercer partido consecutivo, fue comprobar que el tridente Messi-Suárez-Griezmann ya se entiende a la perfección; suyos fueron los tres tantos del encuentro, y solo en el primero la asistencia no llegó desde la ‘MSG’.

El canterano fue sustituido en el descanso por Semedo al notar unas molestias en la rodilla izquierda

Las intenciones del cuadro azulgrana, que superó con solvencia la presión alta que su rival hizo de inicio y que sorprendió con la titularidad de Samuel Umtiti, cinco meses después, quedaron claras desde el pitido inicial, en una acción en la que Leo Messi le ganó la espalda a la defensa armera pero que fue frustrada por fuera de juego que, a la postre, no existía.

Precisamente, con otro pase en profundidad logró inaugurar el marcador, justo después de que Pedro León gozase de la mejor ocasión de los suyos en todo el partido, en un disparo dentro del área que se marchó alto. Lenglet vio el desmarque de Griezmann, y un inoportuno resbalón de De Blasis le dejó solo ante Dmitrovic. El guardameta tocó el balón con la puntera, pero no lo suficiente para desviar el remate del francés, que tras tocar en el palo se coló en el fondo de la portería (min.13).

Bien plantado sobre el siempre complicado Ipurua, el Barça todavía pudo irse con más ventaja a vestuarios. A la media hora, Messi, que poco antes había reclamado un posible penalti, se plantó solo ante el portero serbio, le recortó y, cuando parecía que le había superado, este rectificó para sacar una mano y desbaratar la gran oportunidad azulgrana.

Ni el cambio obligado al descanso, con la entrada de Nélson Semedo por las molestias en la rodilla izquierda de Sergi Roberto, frenó el arreón culé. Así, nada más iniciarse el segundo tiempo, Luis Suárez superó a Dmitrovic picándole el balón en el mano a mano, pero el colegiado anuló el tanto por posición antirreglamentaria.

El uruguayo probó de nuevo al meta armero en el 56, que atrapó su disparo raso tras recoger un buen pase de De Jong, aunque fue Messi el que consiguió incrementar la renta en una magnífica jugada combinativa iniciada por el holandés. Griezmann recibió en el área un servicio de Suárez y con el exterior cedió para que el argentino definiera con un remate al segundo palo. El tanto dejó tocado al Eibar y dio más tranquilidad al Barça.

La generosidad del capitán azulgrana ofreció apenas ocho minutos más tarde a Suárez su buscado gol, en una contra en la que logró plantarse solo ante el guardameta local y, en lugar de definir, regaló el gol al uruguayo para que rematase a placer y sentenciase el choque. El Eibar dio el partido por perdido, pero Messi no se quería rendir, y un pase suyo a Suárez casi acaba en el cuarto gol.

Y así acabó el choque, con un equipo culé superior pero no avasallante ante un Eibar que hizo todo lo que pudo ante un rival lleno de genialidades individuales.