ESNOTICIA
Delirio por los campeones
Cervera enloquece con la celebración de los títulos mundiales de Marc y Àlex Márquez || Unas doce mil personas, según fuentes municipales y de la policía local, dejaron pequeña la ciudad
Cinco años después, la escena de los dos hermanos Márquez volvió a repetirse en Cervera. La capital de la Segarra se volcó con sus hijos pródigos para celebrar sus títulos de campeones del mundo. Subidos en un camión, como es habitual, recorrieron unas calles sin un metro vacío y acabaron la fiesta en un escenario y micrófono en mano.
“Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez”. Junto con el público y micrófono en mano, los hermanos Márquez hacían el recuento de los títulos que han brindado al pueblo que les vio nacer y crecer. En olor de multitudes, Marc y Àlex volvieron a dejar pequeña Cervera con alrededor de doce mil personas –según fuentes municipales y de la policía local– que llenaron las calles y todo el recorrido que hicieron hasta la plaza Pius XII, donde culminó la celebración de los títulos mundiales con los parlamentos.
Desde horas antes de que empezara la rúa, en los alrededores de la Universitat no cabía un alfiler, al igual que en primera fila de las vallas que perimetraban el trayecto que iban a cubrir los campeones. A las siete en punto, los dos pilotos con sus respectivos equipos se echaron a la calle subidos en el habitual camión de las celebraciones, tuneado para la ocasión con los dorsales 73 y 93 y con los emblemas de campeones de este año, la bola de billar con el número 8 simbolizando los títulos que ha conquistado Marc, y la diana con el dardo de Àlex.
Horas antes del inicio de la rúa de campeones, un gran número de aficionados ya rodeaba la Universitat
Los aficionados les dieron una calurosa bienvenida, con banderas y griterío que se mezclaba con las explosiones del motor de las motos de alta cilindrada –una se incendió, interviniendo rápidamente los bomberos– y los cañones de confeti que tiñeron el cielo de Cervera del dorado que han alcanzado sus hijos pródigos.
Marc y Àlex, a su turno, correspondían a sus seguidores saltando y cantando sin cesar. Encabezados por un grupo de percusión y por gigantes, el camión de los Márquez llegó a la plaza Pius XII una hora después tras un recorrido ralentizado por la gran cantidad de seguidores agolpados en cada palmo de acera.
El escenario, novedad de este año, con la plaza llena hasta la bandera, dio la bienvenida a los Márquez al ritmo de Don’t stop me now de Queen. “Ha sido un año inmejorable. En 2014 dije que disfrutáramos de esto [doblete] porque no se volvería a repetir, y aquí estamos”, gritaba Marc ante el delirio de los aficionados, venidos de toda Catalunya, del Estado, e incluso del extranjero. “Que bote Cervera” y “campeones campeones” fueron algunos de los gritos que los Márquez corearon con los aficionados.
También se dirigieron al público el presidente del Fan Club y tío de los campeones, Ramon Márquez, al igual que sus padres, Julià y Roser. El manager, Emili Alzamora, también tuvo la oportunidad de brindar con los aficionados el éxito conseguido esta temporada. A continuación, ambos pilotos presentaron, uno por uno, a todos los miembros de sus respectivos equipos, en clave humorística en todo momento, y también dielogaron entre sí, recordando algunos de los mejores momentos del año. También hubo tiempo para ver, desde las pantallas gigantes instaladas en la plaza, un resumen en vídeo de la temporada.
En uno de los momentos más emotivos, dos niños, Enzo y Genís, pudieron subir al escenario a saludar a sus ídolos y, en el caso del primero, darle un regalo a Marc. Los Márquez también hicieron subir a una aficionada a la que vieron llorando de emoción durante la rúa. La fiesta concluyó hacia las diez de la noche, con el lanzamiento de camisetas a los aficionados y con unos espectaculares fuegos artificiales acompañados otra vez por Queen, con el We are the champions. Los acordes de la banda británica se encargaron de recordar a Cervera, y al mundo, que el motociclismo tiene ‘reyes’ para rato.