En el mapa por el deporte
Almacelles, Ponts, Bell-lloc, Ribera d’Ondara y Benavent tocaron el cielo alcanzando con sus equipos categorías de élite || Gestas en fútbol, voleibol, baloncesto y hockey casi irrepetibles
Almacelles, Ponts, Bell-lloc, Ribera d’Ondara y Benavent son poblaciones que gracias al deporte tocaron el cielo alcanzando categorías de élite o bien cotas difícilmente repetibles. Sus éxitos deportivos en disciplinas de equipo como el fútbol, el voleibol, el baloncesto o el hockey sobre patines situaron a estas localidades en el mapa.
Jaume Galán lleva desde junio como presidente del Club Patí Bell-lloc. Jugó de niño en los equipos de la base del club y su objetivo es recuperar en lo posible los tiempos de esplendor del hockey en la localidad. “Actualmente estamos haciendo extraescolares para recuperar la base del club y tenemos en la estructura la escoleta, un equipo prebenjamín y el sénior de Primera Catalana. Es una gran motivación y todo un reto porque en 2022 cumpliremos 50 años de hockey en Bell-lloc”, explica Galán.
Su antecesor en el cargo, David Creus, ha pasado por todos los estamentos del club. Desde jugador de la base y del primer equipo hasta entrenador y presidente. Recuerda aquellos buenos tiempos cuando el equipo jugaba en Primera Nacional, la antesala de la máxima categoría. “En aquella época se juntó una muy buena hornada de jóvenes jugadores del pueblo junto a algunos que nos dejaba el Igualada, que era el equipo más potente del momento y con los que no le cabían en el filial. Teníamos además un buen entrenador, Jordi Boadella, que había jugado con los hermanos Folguera. Pero es complicado repetir aquello”, dice Creus con cierta tristeza.
De la mano de los hermanos Canela, presidente y entrenador, alcanzó la Preferente
“Ahora estamos en Primera Catalana que es donde nos toca”, asegura Creus. “Si hay una cosa chula en el Bell-lloc es que somos un club muy familiar y que pasa de generación en generación. Mi hijo juega ahora y yo he pasado por todas las funciones”, añade.
Pese a la gran afición por el hockey que existe en Bell-lloc, las circunstancias han cambiado mucho y las nuevas tecnologías utilizadas como alternativa de ocio han afectado a la práctica deportiva, tal como apunta Jaume Galán: “Como dice un buen amigo mío, cuando se enciende una pantalla se apaga un niño. Así, desde el Club Patí Bell-lloc animamos a todos los niños y niñas de la localidad que suceda lo contrario: apaguemos las pantallas y encendamos los niños”.
Al igual que ocurriera con el CFJ Mollerussa a finales de la década de los 80 con su sonado ascenso a Segunda división, que dio a conocer a la capital del Pla d’Urgell no solo a nivel estatal sino en todo el mundo, otras poblaciones leridanas mucho menores lograron en su día situarse en el mapa gracias al deporte. Y no hablamos de deportistas individuales como pueden ser los hermanos Márquez en Cervera, el dakariano Isidre Esteve en Oliana o el baloncestista Pierre Oriola en Tàrrega, por citar solo unos ejemplos, sino que se trata de hazañas colectivas que consiguieron sus equipos.
En Almacelles, población de algo más de 6.700 habitantes, la nostalgia por el voleibol invade a una localidad que carece ahora de un referente en este deporte. Todo comenzó en el colegio San Antonio, que lleva años abandonado, cuando entre 1968, en que ganó su primer título, hasta 1983, en que obtuvo el último, se convirtió en todo un referente del voleibol español. Ganó cinco campeonatos de España, además de casi 40 provinciales, y supuso la consolidación de una generación de jugadores que acabaron compitiendo con el equipo local, el renombrado ARCA Almacelles, en División de Honor tras ascender en la temporada 1982-83. Uno de los momentos más emotivos fue el doble título de España cadete e infantil que consiguió el colegio San Antonio en 1976 y que dio lugar a un recibimiento por todo lo alto a los campeones con rúa incluida por las calles de Almacelles (más información).
En Ponts, población de 2.600 habitantes, arraigó el baloncesto gracias al Aracena, un equipo atípico e itinerante (el municipio de la Noguera era su quinta sede) que aterrizó en la localidad en 2001 de la mano de un empresario editorial, Julio Gálvez, que creó un club al que le puso el nombre del pueblo onubense donde nació su padre y que recaló en tierras leridanas porque su esposa era de Bellvís. El club comenzó compitiendo en una Liga de empresas en Barcelona y cuando el Aracena se federó, jugando en varios municipios barceloneses, su primer técnico fue una mujer, Carme Lluveras. Así de innovador y disruptivo era Julio Gálvez, que corría con la práctica totalidad de los gastos de la entidad. Mantuvo a su club en Ponts tres temporadas (de la 2001-02 a la 2003-04) y consiguió ascender a la LEB, antesala de la ACB. La afición pontsicana pudo disfrutar en vivo de jugadores exACB como Joan Peñarroya (ahora reputado técnico) y Rafa Talaverón, pero sin duda la estrella en ciernes era el entrenador, un jovencísimo Xavi Pascual, que luego ganaría, entre otros muchos títulos, una Euroliga y cuatro Ligas ACB con el FC Barcelona. La marcha de Ponts del Aracena en mayo del 2004 propició la creación del actual Club Bàsquet Ponts.
Bell-lloc, el pueblo de los sticks
Dice el actual presidente del Club Patí Bell-lloc, Jaume Galán, que “no hay casa en el pueblo que no tenga un stick de hockey colgado en la puerta”. Tanta es la afición al hockey sobre patines en esta localidad de 2.200 habitantes de la que han salido leyendas de este deporte como los hermanos Carles y Albert Folguera, así como jugadores importantes como Roger Bosch o los actuales Pol Franci, Mar Franci o Aleix Marimon. El hockey en Bell-lloc se remonta a los años 70 a través del Llista que iba allí a entrenar porque no tenía pista cubierta. Pero el actual Club Patí Bell-lloc fue fundado en 1986 y su hazaña deportiva fue ascender en 1994 a la entonces Primera Nacional (actual OK Liga Plata y antesala de la máxima categoría) donde permaneció durante 11 años y disputando derbis con el Llista.
El municipio de Ribera d’Ondara cuenta con 422 habitantes, según el censo del pasado año, repartidos en trece entidades, algunas de ellas no llegan ni a la decena de personas. El FC Ribera d’Ondara, que juega actualmente en Cuarta Catalana, fue fundado en 1977 y protagonizó su mayor gesta cuando en 1996 ascendió a la Regional Preferente, una extinta categoría que estuvo entre el fútbol regional y Tercera división y luego absorbida por Primera Catalana (aunque llegaron a convivir ambas). Descendió al año siguiente y volvió a subir dos años después para perder la categoría en 1999. Fue un paso fugaz por la élite (teniendo en cuenta las dimensiones del municipio), pero muy recordado y que puso al club y a la población en el mapa catalán. El club lo llevaban los hermanos Canela, Josep –chófer del entonces conseller Francesc Xavier Marimon– era el presidente y alma mater del proyecto y Joan el entrenador. Josep Canela tomó las riendas del club en 1992 y en cuatro años lo llevó desde Tercera Regional (era entonces la última como ahora es la Cuarta Catalana) hasta Preferente.
El ‘milagro’ del Benavent
Benavent, con una población actual de 1.468 habitantes, la hizo aún más sonada que el Ribera d’Ondara con su equipo de fútbol. Y tuvo un gran protagonista, el que después fue vicepresidente de la Federación Española y presidente de la Catalana de Fútbol Andreu Subies, que llevó al club de su localidad desde Tercera Regional hasta Tercera división. Cinco ascensos en diez años. Subies compaginó durante algunos años el cargo de presidente, al que accedió en 1999, con el de jugador de la plantilla. En su primer año, el equipo malvivía en Tercera Regional, y poco tiempo después un gol suyo de falta en el último minuto del partido de vuelta de la promoción de ascenso ante el Bellcairenc sirvió para que ascendieran a Primera Regional. Al irse del club Subies, el FC Benavent se acabó fusionando con el Ascó y durante dos años no hubo fútbol en la localidad.