Vuelve Luis Enrique

Luis Rubiales confirmó ayer el regreso de Luis Enrique al banquillo de la selección española y la salida de Robert Moreno, quien, en palabras del presidente de la Federación Española de Fútbol, pidió su marcha para no ser un impedimento para la vuelta del asturiano. El dirigente ofreció un relato cronológico y, a la vez muy crítico con Moreno, de los acontecimientos que derivaron con la vuelta de Luis Enrique, que había dejado el cargo en junio por la enfermedad de su hija Xana, que falleció en agosto, y que fue reemplazado por su ayudante.

“Yo me comprometí públicamente a que si quería volver tenía las puertas abiertas y cada vez que me han preguntado hemos actuado igual. Nadie se puede sentir engañado. Transparencia y rigor. Hemos hablado en tres ocasiones con Luis Enrique desde la muerte de su hija. La primera el 29 de agosto que le di el pésame, volvimos a hablar en una reunión a finales de octubre y volví a hacerlo ayer –por el lunes–”, dijo. “Llamo a Luis Enrique porque el domingo Robert pidió saber lo que íbamos a hacer. Se le dice que será después de la clasificación y exige saberlo ya. Le decimos que si Luis quiere volver a ocupar su puesto y liderar el proyecto vamos a valorar esa posibilidad. El lunes recibimos un mensaje suyo –de Robert– para acordar su salida y no ser un impedimento para la vuelta de Luis Enrique. Nos dice que se quiere marchar”, desveló ayer Rubiales. “Molina me dice que solo por valorar el regreso, Robert no quiere seguir. Se llama a Luis Enrique para que se comprometa y me dice al momento que sí, que vuelve encantado y da gracias por cumplir nuestra palabra”, añadió. Rubiales no quiso dar la clave que ha separado los caminos de Luis Enrique y Robert Moreno después de 9 años compartiendo experiencias en los banquillos. “Ni lo sé ni me compete. Luis Enrique llegó con su equipo y las situaciones personales las tendrá que contestar él”, aseguró Rubiales.

Robert Moreno no se presentó ayer en Las Rozas y envió a dos abogados para negociar su salida

Robert Moreno no se presentó ayer en Las Rozas, donde fue citado por Molina para analizar su situación y mandó a dos abogados para resolver su contrato. “Ha mandado a dos abogados a los que hemos tratado con cordialidad”, dijo ayer el presidente de la RFEF en rueda de prensa.