“El equipo puede dar más”

Jorge Serna se despidió ayer del ICG Força Lleida después de su destitución y lo hizo en una rueda de prensa llena de emotividad, en la que demostró que sigue siendo un técnico totalmente volcado en la crisis por la que pasa ahora el equipo, un hombre de club. “La directiva ha querido lo mejor para mí y yo he querido lo mejor para el club. Soy un ‘ayudador’, pero a partir de la derrota del martes ya era un ‘molestador’. Me he apartado porque el equipo necesitaba una reacción. Yo soy el primero que cree que los jugadores pueden dar mucho más, tienen talento y mejor baloncesto”, señaló ayer Serna, que incidió en que siempre estará a disposición del baloncesto leridano.

Sí lamentó que se haya prescindido del técnico antes de que hubiera un cambio en la plantilla. “Me hubiera gustado, como ha ocurrido en Oviedo. Esto es un cambio estructural, pero también se da con un cambio en la plantilla. Este es algo severo y seguro que exige una reacción. No se ha hecho y puedo entender la decisión. No lo critico, pero sí quiero compartir con vosotros que en otros clubes se mueven las fichas y la del técnico puede ser la cuarta. En este caso ha sido la primera. Es parte del negocio. Si no lo hubiera aceptado, no me hubiera metido. Y como dice mi mujer: ‘te tendrían que haber echado hace tres jornadas’. O haberlo dejado yo, porque se me estaban escapando cosas que ya pude intuir después de Granada”, añadió.

También lamentó el trato que ha recibido por parte de la afición durante los últimos partidos en el Barris Nord y señaló que “mis hijos no podían venir para no escuchar cosas malas de su padre. Puedo entender que la gente esté molesta por los resultados, pero no es mi forma de entender el baloncesto. Siempre he sido muy respetuoso con todo el mundo”, dijo Serna después de agradecer el trabajo de todos sus colaboradores. Entre ellos Jordi Guàrdia, su ayudante, que hoy (21.00) se estrenará como técnico del Força Lleida en el duelo frente al colista Marín. Guàrdia dijo que “los jugadores necesitan desbloquearse y comenzar a disfrutar de los partidos. La presión por ganar no es buena, genera ansiedad”.