Clásico con poco fútbol

El clásico del Camp Nou se selló ayer con un empate (0-0) entre Barça y Real Madrid, tablas en uno de los duelos entre ambos más flojos, a nivel de fútbol, de los últimos años entre dos rivales que apenas crearon ocasiones de gol. A pesar de que Piqué y Ramos salvaron a sus equipos sacando dos remates en la línea de gol y a pesar de que Bale marcó un tanto bien anulado por fuera de juego previo, no hubo mucho más fútbol y este clásico se apagó con el paso de los minutos. Luis Suárez y Messi también tuvieron dos ocasiones muy claras, pero no consiguieron acertar en el remate.

El Real Madrid jugó más que el Barça en los primeros compases. Tuvo más balón y dominó más el tempo del partido, aunque ello no se tradujera tampoco en grandes ocasiones de gol. El balón que sacó Piqué sobre la línea a remate de Casemiro tuvo su respuesta en el despeje de Sergio Ramos a un disparo de Leo Messi. Fue lo más peligroso que se vio a lo largo del choque. Al Barça le fue bien jugar desde atrás, salvaguardarse en su defensa y sobre todo en Ter Stegen, y esperar que Messi hiciera magia. Pero el ‘10’ no pudo aparecer, no pudo ser decisivo y se confirmó lo que apuntó en una entrevista esta semana: que juega más cómodo en el Santiago Bernabéu que no en su casa.

Fue un clásico plácido, relativamente limpio, pero sin muchas ocasiones. No hubo ningún tsunami futbolístico, en uno de los duelos menos vistosos que se recuerdan en los últimos años. Y sin goles. Pese a que estaba en juego el liderato, este sigue en manos del Barça pero ambos siguen con los mismos puntos. Una igualdad en la clasificación que se trasladó al campo, con una ligera superioridad blanca, aunque a ráfagas. Zidane dio entrada a Rodrygo y Modric en el minuto 80, buscando que los suyos salieran líderes del Camp Nou, pero el Barça amarró el balón y también tuvo la ocasión de adelantarse. La entrada del canterano Ansu Fati en el minuto 82 tampoco pudo ser un revulsivo para los azulgranas. El joven extremo apenas recibió balones y el paso de los minutos parecía sellar el pacto del empate. Sin alardes, ni florituras, ni ocasiones continuas en un partido que estuvo marcado en la previa por todo lo que no fue lo deportivo. El aficionado azulgrana, acostumbrado no hace tanto a un fútbol ofensivo y dominador, pidió por momentos ver a ese equipo que les maravilló. Pero no llegó. El Barça estuvo más tiempo corriendo detrás del balón que haciéndolo correr. Jordi Alba tuvo una acción clara en el minuto 41, tras un gran pase de Leo Messi a la espalda de la defensa blanca, pero su disparo, de primeras, salió demasiado cruzado. Fue la más clara ocasión del Barça.

También fue de lo poco que hizo el equipo de Valverde para intentar ganar el partido. Eso y alguna acción que no encontró rematador, pese a estar bien hilvanada. Arturo Vidal le dio otro aire cuando entró en el campo en el minuto 55. Ernesto Valverde prescindió de Semedo, Sergi Roberto pasó al lateral derecho y poco a poco el Barça se fue estirando. En la primera acción de mérito de Griezmann estuvo a punto de estrenar el marcador. Dejó el balón a Messi, pero Leo no acertó de primeras y en la jugada posterior Sergio Ramos frustró el remate de Luis Suárez. El partido pudo estar en una acción en el minuto 73. Bale marcó tras una asistencia de Mendy, pero el carrilero partió de fuera de juego tal y como señaló el juez de línea y confirmó el VAR. Al final, un empate que sabe a poco y poco habitual en este tipo de clásicos en la Liga.