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“Mi deseo para el año que viene es intentar luchar por el ascenso”

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.JORDI ECHEVARRIA

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Tras acuñar “la magia del Recasens”, Roger Lamesa dijo que la de ayer fue una de las más celebradas de las que se han conseguido en casa en el último suspiro: “Lo ha sido por la entidad del rival, que esta temporada optaba al ascenso, y por el contexto del partido. Otros días era más tangible, pero hoy teníamos menos control y las jugadoras de ataque más cansadas”. El entrenador leridano, preguntado por un propósito y un deseo para el año nuevo, dijo: “El propósito es mejorar fuera de casa, que últimamente nos cuesta, y un deseo es poder luchar por el ascenso”.

“Las condiciones son las que son, pero siempre hay que ser ambiciosos”, añadía Vernet, a quién la colegiada atribuyó el 1-1: “Tras la celebración me ha preguntado si lo había metido yo y le he dicho que no lo sabía, porque Patri rondaba por allí y ha habida rebotes”, explicó al respecto la defensa azul. Natàlia, por su parte, comentó su participación en el tanto: “Cuando hace viento aprovechamos las ráfagas para tirar cerrado y ver si entra. Las dos primeras no han salido, pero la tercera sí”.

Por último, el entrenador del Oviedo, Miguel Méndez, dijo que calificó la derrota de “castigo muy duro”: “Justo antes habíamos tenido una nosotros, pero así es el fútbol y te quedas con cara de tonto”, explicó.

Y volvió a ocurrir. En el último suspiro. Por cuarta vez consecutiva. Madrid B, Racing, Atlético y ayer Oviedo. El AEM, en un nuevo capítulo de la historia que lleva escribiendo a lo largo de toda esta temporada en Segunda, reinventó el concepto de épica y logró una nueva remontada en el Recasens, con dos goles a balón parado y con el tiempo ya vencido.

Hisui Haza entró en la convocatoria a última hora tras no completar un entrenamiento hasta el viernes. Según había comentado Roger Lamesa, estaba en condiciones de disputar como mucho media hora. Pero, además de alcanzar una nueva gesta, otra más, el AEM está empeñado en mantener un idilio con el destino caprichoso, que quiso que, precisamente, fuera la internacional japonesa la que certificara otro triunfo a lo grande, que cierra una primera vuelta de ensueño, con 22 puntos de 24 en casa.

El enésimo giro de guión llegó propiciado por un inicio de partido en el que el AEM se vio sorprendido muy pronto por las asturianas. En el minuto 7, Yuki colgaba una falta al área que peinaba Villamayor superando la imprecisa salida de Noèlia (0-1). Ahí acabó todo lo que el Oviedo fue capaz de ofrecer en los primeros 45 minutos, ya que desde ese momento cogió la batuta el AEM y el juego se desarrolló prácticamente en su totalidad en terreno visitante. También es cierto que no fue uno de los partidos más brillantes de las leridanas, que llegaban con la baja, por motivos laborales, de Pixu y Vesela, además de las ya conocidas por lesión de Cuadras, Subies y Nadia.

Sin embargo, las de Roger Lamesa se desfondaron, especialmente la punta de ataque formada por Uri y Natàlia. Aprovechando el viento a favor del primer tiempo, la reusense intentó el empate de gol olímpico en dos córners seguidos, el último de los cuales dio en el poste. Pero la pichichi del AEM estaba convencida de que le iba a salir y, al tercer intento, llegó el gol. Aunque la colegiada se lo dio a Vernet, fue Patri la que acabó impulsando a la red el saque de esquina tras dos rebotes en el área pequeña (1-1).

Antes del descanso, Natàlia volvió a ser protagonista al ser objeto de un penalti que la colegiada pasó por alto.

Tras el descanso, el Oviedo mejoró su imagen y el AEM acumuló algunas imprecisiones, pero fue ganando fluidez en la recta final. Ahí tuvo dos oportunidades claras para poder llevarse el triunfo. En el minuto 71, Natàlia estrelló el balón en el poste por segunda vez y, poco después, Uri se llevaría un golpe al intentar dirigir el balón a portería ante la salida de Fukumura. Dice la máxima que quien perdona lo acaba pagando. Y la penitencia estuvo cerca, porque en los últimos minutos el Oviedo merodeó el área y sembró las dudas con varias aproximaciones que hicieron temer a las leridanas con probar su medicina.

El AEM sufría. El tiempo agonizaba y muchos lo agradecían. La épica de los tres últimos partidos parecía imposible que apareciese de nuevo. Nadie creía en ello. Y precisamente por esto, fue todavía mejor. Con el añadido agotado, Iris, de un potente tiro, colgaba al área una falta desde el círculo central y, de cabeza y de espaldas a la portería, Hisui mandaba el balón a la red.

Minutos después del estallido que supuso el silbato final, Lamesa atribuía la gesta a “la magia del Recasens”. Y es que precisamente en esto parece que ha convertido el AEM la épica con la que, hasta ahora, ha avanzado con paso humilde pero altivo y firme en la categoría. En magia. Y con magia no hay nada imposible.

El AEM es cuarto a tres puntos del Osasuna, que marca el ascenso Con el triunfo ante el Oviedo, el AEM alcanzó los 26 puntos y deja el descenso demasiado lejos como para seguir mirando abajo: a 19. No obstante, por la parte de arriba, está a tan solo tres del Osasuna, equipo que ahora mismo ocuparía la única plaza de ascenso a la Liga Iberdrola, ya que los filiales del Athletic y del Barcelona no podrían ascender.

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.JORDI ECHEVARRIA

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.

Hisui, en el instante que marcaba el 2-1 en el último suspiro del partido ante el Oviedo.JORDI ECHEVARRIA

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