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Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.

Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.CARLES MIRANDA

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Albert Folguera se mostró muy satisfecho por una victoria tan importante, aunque admitió que temía que el equipo fuera abajo con el 0-2. “Esta victoria ha de servirnos para entrar en una zona tranquila”, explicó el entrenador del Llista. “Nos tiene que dar la tranquilidad que necesitamos para afrontar partidos en cualquier pista con opciones hasta el final, como ya hicimos en Liceo o Reus. Nos falta creernos que podemos hacer alguna cosa más, pero necesitamos tranquilidad”.

Del partido dijo que “siempre hay presión, pero aquí había un poco más porque la victoria supone dejar al Vic lejos, sumar 3 puntos más”, valoró, añadiendo que “es normal que hayamos sufrido, porque se han adelantado con un gol que sabíamos que suelen hacer, un despiste en una falta ha supuesto el 0-2 y entonces sí que he sufrido porque nos hemos puesto nerviosos y he temido que el equipo se pudiera descomponer, porque hemos querido remontar rápido, han llegado las prisas, pero lo hemos sabido reconducir”.

Folguera felicitó al equipo por el trabajo y por la capacidad de reacción. “Tras el 1-2, que es uno de los mejores goles de la jornada, ha habido tres o cuatro minutos en los que hemos estado muy vivos, hemos remontado con el 3-2 y a partir de aquí lo hemos gestionado muy bien. Tenemos que seguir creciendo y siendo agresivos como en la segunda parte”, añadió.

También habló del Barcelos, rival el sábado: “Es un equipazo pero tengo ganas de darles un susto”, concluyó.

El Lleida Llista parecía tenerlo todo perdido cuando, a falta de un cuarto de hora para el final del partido perdía por 0-2 ante el Vic, un rival directo en la lucha por la permanencia. Pero el equipo de Albert Folguera demostró tener un corazón inmenso que fue capaz de empujarlo hacia una victoria que le era imprescindible, remontando el marcador adverso en tres minutos (3-2) y sentenciando con el 4-2 a falta de escasamente un minuto.

El Llista firmó ayer su sexta victoria de la temporada, la tercera consecutiva en el Onze de Setembre, ante un Vic al que ahora distancia a 9 puntos en la clasificación y al que también le gana el average, como ya hizo en el último partido de 2019 con el Voltregà. El triunfo aleja a los leridanos de la zona de peligro y le aporta una tranquilidad que le será de gran ayuda en sus próximos compromisos.

El Llista sabía que una derrota ayer le dejaba en una situación comprometida al tiempo que hubiera dado vida a un rival directo que solo ha ganado tres partidos en toda la Liga. Esa presión fue un peso excesivo para los jugadores leridanos, a los que la cabeza les decía que tenían que hacer unas cosas que no parecían capaces de desarrollar sobre la pista. En la primera parte apenas pudieron crear ocasiones de peligro y cada bola dividida era para un Vic que poco a poco se iba encontrando más cómodo. Carles Sánchez “Litus”, tuvo la primera ocasión para el equipo visitante en el minuto 7, pero Lluís Tomàs firmó una de sus providenciales intervenciones para evitar el gol.

No pudo evitarlo en el minuto 15, cuando el francés Antoine Le Berre marcó el 0-1 en una rápida acción de ataque visitante. El partido se le complicaba a los leridanos, que no encontraban el camino hacia la meta de Ernest Burgaya. Tampoco le acompañó la suerte, como cuando Marc Palazón, a falta de siete segundos, lanzó un potente disparo lejano que se estrelló en el larguero. Con 0-1 se llegó al descanso.

Si la fortuna le había sido esquiva al Llista en la última acción de la primera parte, también le dio la espalda nada más comenzar la segunda. Apenas se había jugado un minuto cuando Jasell Oller lanzó una falta desde lejos que sorprendió a los leridanos. La bola se coló por la escuadra para hacer subir el 0-2 al marcador.

Para colmo de males, al minuto siguiente los árbitros mostraron una tarjeta azul a Joan Cañellas. Por suerte, Litus, autor del lanzamiento, se hizo un lío con la bola en su intento de superar a Lluís Tomàs y la perdió. El Llista aguantó los dos minutos en inferioridad.

Los leridanos estaban más intensos, apenas perdían bolas y recuperaban con facilidad, pero seguían sin acierto. Su presión a la desesperada no les estaba dando frutos.

Hasta que llegó el minuto 36. El equipo leridano lanzó una contra, Àlex Joseph se hizo con la bola y la pasó a Oriol Vives, el pichichi de los leridanos, que marcó un golazo para poner el 1-2. Era su gol número 11 en la Liga.

El Llista volvía a estar en el partido y tenía 12 minutos por delante para lograr lo que seguía siendo difícil: remontar. Pero el Llista puso todo su corazón, sacó a relucir su carácter y en tres minutos se puso por delante. En el 38, tras una bola atrás que Lluís Tomàs convirtió en una asistencia, Àlex Josep logró el empate (2-2). Y un minuto después, en el 39, Marc Palazón firmó otro golazo para establecer el 3-2.

Faltaban diez minutos pero el Llista los gestionó bien. Ambos equipos estaban con 9 faltas, lo que dejaba el partido muy abierto. Pero lo cerró Andreu Tomàs al marcar el 4-2 en el 48 al transformar un lanzamiento directo por la décima falta del Vic. Un triunfo de oro para el Lleida Llista.

Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.

Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.CARLES MIRANDA

Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.

Oriol Vives pugna con un jugador del Vic.CARLES MIRANDA

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