Merecieron más

El Lleida Esportiu jugó en la Ciutat Esportiva Dani Jarque uno de sus mejores partidos, sino el mejor, en campo contrario de esta temporada, pero acabó consiguiendo únicamente un empate (2-2) ante el Espanyol B. Muy poco premio por el excelente trabajo desarrollado sobre el césped. Un riguroso penalti señalado por el árbitro, ya en el tramo final del partido, en un forcejeo entre Eneko y Pujol, cuando el balón se dirigía a córner y sobre la línea lateral del área, permitió a los locales establecer la igualada final. El Lleida, muy sólido en todas sus líneas, había logrado adelantarse por dos veces en el marcador y dar la sensación de ser superior a un Espanyol B que tuvo más posesión, pero que nunca dio la sensación de tener controlado el partido.

Molo, ante la baja por sanción de Adri León, sorprendió a todos colocando a Xemi en su posición y el centrocampista acabó siendo el mejor de los suyos. Apoyado desde atrás por unos impecables Simic y Trilles, se cansó de robar balones y jugarlos con criterio y además tuvo el acierto de inaugurar el marcador a los 35 minutos, en el primer remate entre los tres palos de los de Molo. Una falta lanzada por Marc Martínez permitió a Simic cabecear de arriba abajo y el rechace en corto del portero local fue aprovechado por Xemi para marcar sobre la línea de gol. Era un justo premio a los méritos de un Lleida que hacía daño arriba con Abel Molinero como “falso 9” y con un omnipresente Alpha que estaba en todas las jugadas de ataque.

El Espanyol, con un desaparecido Pol Lozano (un jugador siempre a caballo entre el filial y el primer equipo), llegaba tarde y mal arriba pese al buen partido de Kévin Soni como referente ofensivo. En todo el primer tiempo únicamentge pudo conseguir un buen remate de Moha (45’) que salió rozando el poste. En la reanudación, los locales salieron a por todas y lograron encerrar al Lleida en su parcela y, después de intentarlo con centros, sobre todo desde la izquierda, llegó el empate. Una buena jugada por la izquierda entre Moha y Pujol permitió a Jutglà (54’) batir desde dentro del área a Víctor Vidal.

Lo mejor del Lleida es que no acusó el golpe. Siguió con la misma concentración y, en tan solo cuatro minutos, volvió a ponerse por delante en el marcador. Abel Molinero, en su mejor partido con la camiseta azul, robó un balón al borde del área, hizo la diagonal y remató a la escuadra pese a la estirada de Adri León que no llegó a la pelota. Las cosas volvían a estar como estaban, con el Lleida volviendo a llegar más y mejor que su rival. Pudieron sentenciar los de Molo con una jugada de Alpha (66’) con un medido centro al que no llego Cano y, luego, fue el propio Bagayoko que, revolviéndose en el área, remachó un gran centro de Liberto, pero la pelota, haciendo una extraña parábola tras rebotar en el pie de un defensor local, acabó en córner.

Todo parecía controlado hasta que llegó un riguroso penalti, tras un forcejeo entre Eneko y Pujol, que el árbitro no dudó en señalar. Kévin Soni no lo desaprovechó. Era un 2-2 injusto pero que acabó siendo inapelable, aunque Luso (78’) tuvo el 2-3 a su alcance.