BALONCESTO LEB ORO
“Quiero continuar jugando mientras me sienta útil”
Miki Feliu está viviendo, como reconoce, “una cuarta juventud” a sus 34 años y 502 partidos de LEB Oro a sus espaldas, lo que le convierten en un histórico de la Liga. El manresano es uno de los grandes beneficiados de la llegada de Gustavo Aranzana. Con él se ha revalorizado, firmando anotaciones que hace años que no lograba, al menos de forma tan seguida. Y es que el capitán del ICG Força Lleida lleva cuatro partidos seguidos por encima de los dos dígitos, sobresaliendo los 20 que firmó en Almansa, que no valieron para ganar tras dos prórrogas, y los 22 del pasado viernes en Oviedo. “Ahora entran los tiros que antes no entraban. ¿Por qué ahora y antes no?, no lo sé, supongo que es algo de tranquilidad, confianza, quizás la manera de jugar que tenemos ahora, que es más sencilla, más calmada, teniendo claro qué hacer, cuando antes jugábamos más a correr. El juego de ahora se adapta mucho mejor a mis condiciones”, reconoce.
Feliu está promediando actualmente 9,3 tantos y 10 de valoración, unos números tres puntos superiores a los de la temporada pasada y similares a los que logró en su primera campaña en el club, en la 2012-2013. Dice sentirse más tranquilo y maduro para afrontar las frustraciones. “Con los años he aprendido a relativizar las situaciones, y no sé si mi mente ha generado un mecanismo de autoprotección para no hacerme más daño de la cuenta, entendiendo que no todo depende de mí”, comenta.
“Ahora entran los tiros que antes no entraban. Quizás sea por la manera de jugar que tenemos ahora”, dice
Feliu no esconde que con Aranzana el equipo es otro. “Ha simplificado un poco la manera de jugar tocando cuatro cosas muy claras, que antes no estaban o que el equipo no era capaz de asumir. El hecho de haber ganado partidos que no contábamos ha hecho que el equipo esté con más confianza”, explica.
En clave de futuro, el manresano no sabe dónde estará el año que viene, aunque no esconde que su ilusión es seguir en Lleida, más si cabe ahora que su pareja es de Balaguer. “Esto hace que esté más ligado al entorno y si el club quiere, estaré encantado de seguir”, apunta. Aunque no piensa aún en la retirada, tiene clara una cosa: “Quiero seguir jugando mientras me sienta útil. He tenido compañeros que al final de su carrera hacían dos entrenos por semana, y era duro verlos, y no quiero llegar a esta situación. Sabía que podía seguir el ritmo normal de entrenamientos, pero no sabía si mi aportación al equipo era necesaria o no. Tuve muchos momentos de duda durante el pasado verano. No solo te planteas si renovar en Lleida o no, sino jugar en un nivel más bajo. Tenía dudas”, comentó.