DEPORTES_LUNES
Tres puntos de rabia y moral para al AEM
Dicen los entendidos en fútbol que las victorias –o las derrotas, claro está– marcan el valor de los empates. El AEM llegaba ayer al Recasens necesitado de una victoria. Una necesidad no tanto práctica, dada la casi imposibilidad de arrebatar ya al Eibar su encarrilado ascenso, como sí anímica.
Necesidad anímica no por tener que cortar una racha negativa –en seis partidos llevaba una sola derrota–, sino más bien por cómo se desarrollaron los dos últimos encuentros: el empate ante el Sporting por ser este equipo el colista y por perder por grave lesión a Uri –ayer homenajeada–, y el también empate en el campo del Parquesol con gol vallisoletano en el añadido.
Dos jugadoras del Pozuelo se desplomaron en el segundo tiempo, pero sin más consecuencias
El de ayer ante el Pozuelo fue un partido gris, pero permitió a las de Roger Lamesa responder a estos dos batacazos con tres gritos de rabia: los goles de Júlia Miró, Andrea y Ona devolvieron otra vez la sonrisa al AEM. Fue, además, la reivindicación goleadora del equipo en el primer partido de la temporada sin Natàlia quien, tras llevarse un fuerte golpe en la rodilla en Valladolid, ayer iba en muletas y está a la espera de pruebas para descartar una lesión mayor. Fue Pixu, pues, quien en solitario asumió la responsabilidad atacante escudada, por detrás, por Andrea y Solà. Y aunque no marcó, la capitana fabricó dos de los tres goles azules.
Al AEM le costó horrores abrirse paso en el caos que reinó especialmente en un primer tiempo repleto de imprecisiones. El juego, eso sí, se desarrollaba en mayor medida en campo madrileño, especialmente a partir de la media hora, cuando el AEM empezó a llegar con más peligro. De hecho, en el minuto 33, Iris vio cómo la árbitra le anulaba un gol por fuera de juego en el remate de una falta de Barreira. No fue hasta la prolongación cuando las azules lograron, por fin, romper la igualada. Pixu se internó por la derecha y su disparo, con poco ángulo, fue repelido por la portera para que Miró, en buena posición, cazara el balón en el corazón del área (1-0). Un gol logrado en un momento clave y que permitió al equipo respirar aliviado.
Si en el primer tiempo pasaron pocas cosas, en el segundo todavía menos. Eso sí, solo hasta que Andrea quiso. En el minuto 69 y tras combinar con Cris, que hizo un gran partido, se sacó de la chistera una brillante jugada personal para batir a Noe de un remate seco y cruzado (2-0).
El Pozuelo recortó distancias a última hora, tras colarse Carla en el área, en la que prácticamente fue la única ocasión del segundo tiempo para las madrileñas. Pero fue solo un susto, porque poco después Ona volvía a poner las cosas en su sitio rematando una jugada idéntica a la del gol de Miró (3-1).
El tanto llegó al final de un largo añadido que vino dado por el desplome de dos jugadoras del Pozuelo durante la segunda parte, sin más consecuencias para ambas aunque una de ellas tuvo que ser evacuada en ambulancia en primera instancia.