DEPORTES
El Lleida estudia un ERTE
Los jugadores de un once titular del Lleida posan con aficionados antes de un partido.
El Lleida Esportiu estudia presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para todos sus empleados (un total de 56 contando jugadores, técnicos y resto de personal), tras la declaración del estado de alarma en todo el país y el cierre de las instalaciones, en una medida que también sopesan el resto de clubes de Segunda B.
De esta forma, el Lleida Esportiu y los otros clubes, que esperan la opinión de la comisión de Segunda B, abrirían la vía a la suspensión de contratos en la categoría de bronce del fútbol español, aplicando una normativa a la que ya han recurrido algunos clubes como el Mann Filter femenino de baloncesto y a la que, a priori, se irán sumando más entidades de más deportes.
Tanto el club leridano como el resto de entidades esperan noticias de la comisión de Segunda B
El Lleida pretende recurrir a esta vía para hacer frente a las pérdidas económicas que puedan generarse de la parálisis de la competición sin ingresos y con el presupuesto ya cerrado de algo más de 1,5 millones de euros. En el caso del club leridano, la Real Federación Española de Fútbol decidió suspender la competición durante 15 días, si bien todo apunta a que el periodo de inactividad deberá prolongarse en el tiempo. Así, el Lleida, en el caso acogerse al ERTE, se ahorraría los salarios de jugadores y personal durante el tiempo que dure el parón, pero todos los componentes de la plantilla siguen vinculados al club, y se reincorporarán al trabajo una vez se restablezca la normalidad en el país.
“El Lleida Esportiu informa que el parón de la actividad de toda la entidad se mantendrá hasta nuevo aviso”, según advirtió el club en un comunicado este lunes. La plantilla azul tenía fijada para el pasado martes la vuelta al trabajo, pero ante el estado de alarma decretado por el gobierno español y siguiendo las indicaciones sanitarias para frenar la expansión del Covid-19, el club decidió que jugadores y miembros del cuerpo técnico continúen en sus domicilios. Los jugadores siguen trabajando en su casa, siguiendo un plan de entrenamiento personalizado.
