SEGRE

DEPORTES

“En EEUU costó reaccionar”

Carme Peirau, que estudia y juega al fútbol en la universidad de Tennessee Tech, regresó a mediados de marzo por culpa de la Covid-19 || “En menos de una semana todo dio un vuelco”, dice la leridana

544416_1.jpg

544416_1.jpg

Creado:

Actualizado:

Carme Peirau Gabarrell, de 18 años, se trasladó el pasado verano a Estados Unidos buscando, como otros muchos leridanos, su particular “sueño americano”: compaginar los estudios, en su caso los de Biología Celular y Molecular en la Tennessee Technological University, con su gran pasión, el fútbol. Pero todo se vio alterado precipitadamente por la pesadilla de la Covid-19, que la ha obligado a abandonar Cookeville, donde residía, y regresar a Lleida antes de lo previsto. “En cuestión de días todo dio un vuelco”, asegura. De estar haciendo las maletas para visitar las playas de Florida, aprovechando el Spring Break, las vacaciones de primavera para los estadounidenses, a subirse a un avión de regreso a Lleida en menos de una semana.

“De un día para otro nos dijeron que dejábamos de entrenar y que las competiciones quedaban canceladas hasta nueva orden. A los dos días ya nos avisaron de que no volveríamos a clase y que lo haríamos todo online”, explica Carme, hija del doctor Xavier Peirau, que ha formado parte de los servicios médicos de la antigua UE Lleida, del Lleida Esportiu y ahora del Força Lleida, además de ser profesor en el Inef. Ella también es de las que opina que en Estados Unidos se subestimó el efecto de la pandemia. “Donde yo estaba nadie se lo tomaba en serio. Por mucho que Europa pudiera estar afectada, allí es otro mundo, les costó mucho reaccionar y tomárselo en serio”, explica.

Desde que llegó a Lleida hace un mes, ha estado compaginando las clases online con la actividad física. Sigue la rutina que les ha marcado su entrenador, que muy a menudo programa charlas motivadoras. “Nos conectamos todas las jugadores para seguir charlas y cada día tenemos que rellenar un informe de lo que hacemos. Estamos controladas”, apunta entre risas.

Carme siempre ha tenido muy claro que su futuro pasaba por Estados Unidos. “Cuando de pequeña me preguntaban qué me gustaría estudiar, siempre decía que lo que fuese pero en Estados Unidos. Siempre lo he tenido claro para poder combinarlo con el fútbol”, asegura la leridana, que no cejó en su empeño por conseguir una beca completa que le permitiera cumplir su sueño: estudiar y jugar a su deporte favorito en uno de los países en los que mayor relevancia tiene el balonpié femenino, no en vano EEUU ha ganado cuatro Mundiales y otros tantos títulos olímpicos.

Sus méritos académicos (las notas de Bachillerato y dos pruebas de aptitud, una de ellas de inglés) y los deportivos (envió un vídeo con sus jugadas como carta de presentación) le permitieron recalar en el equipo de la Tennessee Tech, de la Primera división de la NCAA, donde descubrió otra manera de jugar. “Es mucho más físico, de más contacto. Entradas que aquí los árbitros pitarían falta, allí son legales. Al inicio me costó adaptarme. Recuerdo que las dos primeras semanas de pretemporada fueron muy duras para mí, sobre todo por el aspecto físico, que le dan mucha importancia. Me daba miedo no estar a la altura del resto del equipo y no poder seguir por su gran exigencia, pero al final lo conseguí”, relata.

Para Carme, que juega de centrocampista, este primer año ha sido “de adaptación”, tanto al estilo de juego como de vida americano. “Siempre se ha dicho que en Estados Unidos el fútbol femenino está muy bien considerado y hay muchas más posibilidades. Es como vivir una película, absolutamente todo. Ahora entiendo lo que veíamos por televisión, que antes pensaba que era un poco irreal, pero ahora que lo he vivido en primera persona puedo atestiguar que es la pura realidad. Como llegar al campus de la universidad y ver un cartel de ‘prohibidas las armas de fuego’. No te lo acabas de creer”, apunta.

544416_2.jpg

544416_2.jpg

544416_3.jpg

544416_3.jpg

tracking