DEPORTES
Fiebre por hacer deporte
Cientos de leridanos aprovecharon el primer día de apertura de los clubes sociales e instalaciones al aire libre con la entrada de Lleida en la fase 1 || Mucho civismo y respeto a las normas de seguridad
“Teníamos muchas ganas de jugar”. Esa fue la frase más repetida entre los cientos de leridanos que ayer ya pudieron retomar su actividad deportiva favorita, la que habían aparcado los dos últimos meses por la pandemia de la Covid-19, aprovechando así que los clubes sociales y las instalaciones deportivas al aire libre ya pudieron abrir con la entrada de la región sanitaria de Lleida en la fase 1 de la desescalada. Lo hicieron bajo estrictas medidas de seguridad que todos acataron sin problemas, aplaudiendo los clubes el civismo de los deportistas y estos, la buena planificación de las entidades.
“La gente se ha comportado a la perfección, manteniendo la distancia social y siguiendo el protocolo de seguridad. Incluso han jugado con mascarilla, algo que no es de obligado cumplimiento”, dijo ayer Josep Ramon Gabàs, presidente del Raimat Golf Club, una de las entidades de la provincia que más usuarios recibió en su primer día de apertura, más de 150. “Nos ha sorprendido. No esperábamos esta afluencia de gente, lo cual indica que había muchas ganas de jugar”, añadió Gabàs, que pudo hacer unos hoyos junto al profesional Carlos Pigem, que también aprovechó la entrada en la fase 1 de Lleida para volver a jugar en su club después de dos meses.
Los usuarios que accedían a los clubes sociales tenían que seguir un estricto protocolo, que empezaba con una reserva previa, ya fuera vía telefónica o a través de una aplicación de móvil; debían llegar con la mascarilla y los guantes puestos, lavarse las manos con el gel hidroalcohólico, tomarse la temperatura en la puerta y firmar un documento de responsabilidad. No podían hacer uso ni de los vestuarios ni de los aseos, así como de los servicios de restauración. Ya en la pista, también debían seguir unas normas. Solo están permitidos los partidos individuales y a la hora de jugar se recomienda hacerlo con un guante en la mano con la que se lanza la bola al sacar, o que cada jugador utilizara sus propias pelotas para así evitar contagios.
También están prohibidos los saludos con la mano, por lo que muchos optaron por hacerlo a distancia o tocándose con el codo, un gesto que ya se ha hecho habitual por la pandemia. “Lo que más he echado de menos ha sido poderme duchar y dar la mano al compañero al acabar. Por lo demás, el protocolo ha sido muy ágil y efectivo”, reconocía Miki López, uno de los poco más de 50 usuarios que retomaron su actividad en el Sícoris Club. El también sicorista Jesús Almarza se congratulaba de poder jugar de nuevo. “Hacía mucho tiempo que lo esperábamos y ha sido fantástico. Al principio ha costado un poco coger el feeling”, indicó.
En el CT Urgell, unos 60 socios pudieron retomar su actividad favorita. “Teníamos muchas ganas de volver a pisar una pista de tenis. Estos días de confinamiento hemos ido haciendo ejercicio en casa con lo que podíamos, pero no es lo mismo. Lo estábamos deseando mucho”, comentó una de sus socias, Susana Maza, quien aplaudió la gestión del club. “La incorporación ha sido muy buena y ágil, cumpliendo con las normas”, añadió.
En el Club Tennis Lleida, que ya prepara la organización de la primera cita puntuable para la nueva Liga MAPFRE, que acogerá a los mejores tenistas españoles del 10 al 12 de julio, contó con más de 80 reservas, entre tenis y pádel. “Para los que jugamos habitualmente, el tenis es como una droga, y estar sin él estos dos meses se ha hecho un poco duro. He acabado agotado pero muy contento”, indicaba uno de sus socios, Quim Puyuelo, después de completar su primer partido en dos meses. El CN Lleida, que como el resto de entidades no puede hacer uso aún de la piscina, reunió a un total de 130 socios en este primer día, el 65 por ciento practicando pádel, un 25 tenis y el resto utilizó la pista polideportiva, mientras que el CT Balaguer alcanzó los 60, entre tenis y pádel. Otra de las instalaciones que abrió ayer sus puertas fue 2Llacs de Gimenells y Pla de la Font, uno de los centros de referencia estatal en esquí acuático. Debido a que las piscinas aún no tienen permiso para abrir, muchos nadadores y triatletas se interesaron por utilizar sus dos lagos para entrenar. Ayer recibió la visita de una docena de usuarios, la gran mayoría triatletas. “Ha sido una liberación poder tocar de nuevo el agua”, reconocía Josep Bergua, triatleta del Clos Pons, que acudió junto a su compañero Tomàs Pueyo y de Joel Porcel, del Xafatolls.
“Entrenar sobre un rodillo ya cansaba”, apuntaba este último. “Ha sido una toma de contacto, para volver a retomar las sensaciones”, explicó Pueyo, que ya ha reservado cita para el jueves en una instalación que, durante la fase 1, puede ser una “salvación” para los amantes de la natación.