El leridano Pol Guixé afrontará la exigente Quebrantahuesos cuatro años después de superar un cáncer

El deporte ha sido, es y será una terapia para superar las adversidades que la vida depara. El trabajo, la tenacidad, el sacrificio y la constancia son algunos de los adjetivos que definen la actitud en pos de un objetivo deportivo, que trasladado a la vida cotidiana permite a muchos superar escollos en forma de lesiones o enfermedades. Es el caso de Pol Guixé, un leridano de 31 años que hace cuatro superó un cáncer del sistema inmunológico. El ciclismo, en su caso, le dio la fuerza necesaria para tirar adelante y no desfallecer. Ahora, ya recuperado, prepara su otro gran reto, completar la exigente Quebrantahuesos, una marcha cicloturista de BTT de 200 kilómetros de recorrido que cada año reúne a más de 10.000 osados en Sabiñánigo (Huesca), y que este año se ha aplazado al 19 de septiembre por la Covid-19. “Mi carácter va ligado al ciclismo. La resistencia que me proporciona lo aplico a la vida real. Quiero correr la Quebrantahuesos como un reto de superación personal. El ciclismo me ha ayudado a superar el cáncer y a tener retos en la vida, a superarme”, afirma.

A Pol Guixé la vida le dio un vuelco en 2015. Tenía 26 años y le diagnosticaron un cáncer, aunque el diagnóstico definitivo tardó lo suyo. Primero le trataron de una neumonía debido a sus problemas respiratorios, luego de tuberculosis y tras estar ingresado en el Arnau, sin visos de mejora, acabaron haciéndole una biopsia. Allí ya detectaron que había células cancerígenas, aunque no sabían aún de qué tipo de cáncer se trataba. “Por entonces ya llevaba seis semanas sin saber qué me ocurría”, explica. “Me operaron el 3 de agosto de 2015, una intervención complicada porque accedían por las costillas. Además, era periodo de vacaciones y no había cirujanos, aunque por suerte encontraron a una doctora que me pudo operar. Allí detectaron que tenía un tumor de 10 centímetros entre el corazón y el pulmón izquierdo”, relata. Cuando lo examinaron llegaron a la conclusión de que se trataba de un linfoma de Hodgkin, que se manifiesta en el sistema linfático, el mismo tipo de cáncer que le han diagnosticado recientemente al popular actor y humorista Dani Rovira. “Lo puedes tener repartido o concentrado, dependiendo de cómo reaccione tu cuerpo. Aunque era un tumor muy grande, que me provocaba los problemas respiratorios al oprimirme los pulmones, la suerte es que lo tenía concentrado en un punto”, señala.

Después de más de diez meses de quimioterapia y tres años en observación ha salido victorioso. “Había días que estaba muy mal, que no podía moverme de la cama, pero siempre intenté tener una actitud positiva. Por suerte no me han quedado secuelas que me impidan llevar una vida normal, más allá de que tengo el sistema inmunitario más flojo, por lo que con la pandemia de la Covid-19 soy una persona de alto riesgo”, reconoce Guixé, criado entre Soses y Alcarràs, aunque actualmente reside en Barcelona junto a su mujer, Laura, natural de Barbastro, con la se casó en abril del año pasado. “Hemos pasado el primer aniversario de boda confinados”, apunta entre risas.

Poco a poco fue retomando su vida deportiva y a finales de 2018 volvió a pedalear, su gran pasión. Empezó a hacer excursiones hasta que pudo afrontar retos mayores, como la Mussara Priorat de Reus, de 130 kilómetros, y la Treparriscos, de 85, la distancia pequeña de la Quebrantahuesos, la prueba que ahora se propone asaltar formando el equipo de la marca de neumáticos Continental que lidera Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia 2006.

“Estoy muy contento de formar parte de este proyecto de Continental y también de visibilizar y hacer entender que siempre tendremos problemas, pero con ganas, actitud y esfuerzo podemos conseguir muchas cosas”, apunta el leridano, que se ha refugiado en el ciclismo para superar su situación. “La bici me aporta una sensación de libertad y paz interior. Encima de la bicicleta te sientes más libre, más conectado. Eres tú, la bicicleta y nada más, es tu momento, en el que las preocupaciones desaparecen”, asevera Guixé, que se ha marcado dos retos en la Quebrantahuesos: completarla y hacerlo en menos de siete horas y media.

Quiere participar con una bicicleta de diseño propio fabricada en 3D

Pol Guixé estudió Ingeniería en Tecnologías Aeroespaciales en Terrassa y su excelente expediente académico le abrió las puertas de Airbus, donde trabajó durante un año en su sede de Inglaterra, en la división de satélites. Durante su estancia en Londres intentó montar una empresa de Software, pero “a los tres meses me di cuenta de que no funcionaba y la cerré”, explica. Luego recibió una oferta en el mismo sector de una empresa de los Países Bajos, Innovative Solutions In Space, más centrada en proyectos privados, no tan gubernamentales como en Airbus, con la que aún colabora. Actualmente trabaja a distancia para la UK Launch Services Ltd, también del ámbito espacial, y es socio de dos empresas en Lleida, Origen Studio, de tecnología, y Quantic Cycles SL, con la que trabaja en la creación de un chasis de bicicleta de fibra de carbono, alguno de cuyos componentes está fabricado con una impresora 3D. “Me he propuesto crear mi propia bicicleta y la idea es estrenar un prototipo en la Quebrantahuesos. Si funciona, la intención es hacer una producción para su venta”, indica.