DEPORTES
La ACB se queda sin final leridana
No habrá final Barça-Valencia, o lo que es lo mismo, no habrá duelo entre los tarraguenses Pierre Oriola y Jaume Ponsarnau por la Liga ACB, un título que ambos ya conquistaron en 2017 defendiendo los colores del equipo ‘che’. El pívot y sus compañeros no fallaron y tumbaron por 98-84 al San Pablo Burgos, un duelo dominado por los azulgranas de principio a fin, pero los de Ponsarnau se quedaron sin final como anfriores a pesar de tener el último lanzamiento para ganar ante el Baskonia (73-75).
Los de Svetislav Pesic sacaron una buena y contundente versión ante la sorpresa de esta fase final en busca de reconquistar una Liga que no ganan desde 2014. Mirotic (18 puntos) celebró su MVP de la Liga Regular y un Heurtel (14 puntos y 11 asistencias) recuperado para la causa destacaron en una actuación coral de los azulgranas, que gozaron de buenas rentas, con una máxima de 19 en el inicio del último cuarto ya definitiva.
El favorito intentó dejar clara su condición de inicio, pero también Burgos demostró el por qué de su presencia en la penúltima ronda, la primera en su historia y siendo verdugo del Real Madrid. El Barça saltó fuerte en defensa, muy metido y con acierto (17-8). Así le costó encontrar el rebote y la posibilidad de correr al Burgos, pero McFadden minimizó mucho los daños de un primer cuarto complicado (23-17). El Barça siguió creciendo en el inicio del segundo parcial y, con un 12-2, marcó la máxima (35-19). Lima volvió a la pista e hizo de todo para devolver el parcial a los azulgranas hasta un 41-41 que rompió Mirotic sobre la bocina al descanso.
En la reanudación, el Burgos arriesgó en sus pases y en el robo Higgins sumó seis puntos seguidos. Además, Mirotic, Claver y Kuric sumaron de tres, en un colchón de nuevo de 10 puntos que comenzó a elevar mucho la exigencia del partido para los de Peñarroya (72-58). En el último cuarto Heurtel tomó las riendas, para sentirse de nuevo líder después de muchos meses fuera de las pistas y la renta culé llegó a más 19 y, a la desesperada, se soltó Burgos sin inquietar a los de Pesic, que se dedicó a dosificar a sus hombres para la batalla de mañana.