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LOS DETALLES

Messi les lleva hasta Lisboa

El argentino, que marcó el segundo gol y forzó el penalti del 3-0, volvió a ser clave para meter al Barça en los cuartos de final por decimotercera temporada consecutiva || El viernes se las verá con el Bayern Múnich

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.EUROPA PRESS

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El Barça más práctico y con más puntería del curso no dio opciones al Nápoles, al que ganó por 3-1 y se clasificó, con sufrimiento al final, para los cuartos de final de la Champions por decimotercera temporada consecutiva, ronda en la que le espera el viernes en Lisboa el Bayern de Múnich, que ayer volvió a golear el Chelsea (4-1) para sellar su pase.

Fue un partido atípico. Los azulgranas fueron efectivos, pero no efectistas. Supieron jugar sus cartas y anotaron dos goles en las primeras dos aproximaciones al área de Ospina (Lenglet y Messi) con lo que cimentaron su clasificación. Más de cinco meses de espera y una vez que todos los trenes se han escapado, al Barça solo le quedaba la Champions y un enorme acto de fe en un escenario vacío, observado por la enorme mirilla de la televisión y en la que todos las emociones, como los sonidos, se multiplican como un eco infinito.

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Tenía que ser la noche de Leo Messi, en la que todo fluyera, el día de la reivindicación para asestar un golpe o morir, justo cuando el rival de blanco había caído el día antes ante el aliado Pep Guardiola, y el Barça no falló, aunque lo hizo con una gestión del partido diferente. De hecho, el Nápoles dominó la situación en los primeros diez minutos. Quedará la duda de si los italianos encerraron al Barça o si Quique Setién determinó que su equipo le dejara la iniciativa en el juego para asestar aguijonazos a la contra. La posesión de los de Gattuso llegó al 20-80 en los primeros diez minutos, lo nunca visto ni en el Camp Nou ni lejos de él. En el minuto 2, un doble rebote permitió a Mertens un remate cercano que acabó en el palo izquierdo de la meta de Ter Stegen. Se encendieron todas las alarmas.

Pero ese Barça de las dudas, frágil y sin pegada en la recta final de LaLiga, supo gestionar bien el partido y se transformó. Ante la falta de creatividad, jugó más en transiciones y aprovechó las jugadas a balón parado. En el primer remate sobre la meta de Ospina, a la salida de un saque de esquina, Lenglet se deshizo de Demme y marcó de forma inapelable el 1-0 en el minuto 10.

El Nápoles, que en la ida jugó al gato y al ratón, cayó en su propia trampa. Tenía el control, pero el Barça era letal. Sin Busquets ni Arturo Vidal, sancionados; Rakitic hizo de mediocentro, De Jong leyó muy bien el partido y Sergi Roberto cumplió. En el segundo remate a puerta, llegó el 2-0 para los azulgranas. Messi, en una acción en la que a trompicones se llevó el balón entre cuatro rivales y, cayendo, remató a la red en el minuto 23. Un gol de perseverancia y calidad del argentino, que celebró con efusividad.

Siete minutos después, los de Setién podían haber certificado el pase a la fase final de Lisboa. Después de una gran acción colectiva y un pase magistral de De Jong con el exterior de su pie derecho, Messi controló y batió a Ospina. El árbitro, previa una larga consulta con el VAR, anuló el 3-0 por mano del diez del Barça que nadie había visto. El VAR tuvo que volver a intervenir en una acción de Koulibaly sobre Messi. El argentino se adelantó a la acción del defensa, que golpeó el tobillo del delantero. Luis Suárez transformó el 3-0 en el descuento.

Aquí no acabó la historia del primer tiempo. Otro penalti, esta vez de Rakitic a Mertens, permitió a Insigne anotar el 3-1 al filo del descanso y darle vida a los napolitanos. En la segunda mitad, el Barça jugó a que no pasara nada y lo consiguió. Mantuvo el balón, no arriesgó y jugó con cabeza. Quien interpretó el partido a la perfección fue Frenkie de Jong, muy bien en el juego al espacio y al primer toque. A veinte minutos para el final, Gattuso puso más pólvora para forzar al menos un gol y Milik lo consiguió en el minuto 80, pero en claro fuera de juego.

Al final debutó el canterano Monchu y el Barça manejó el balón, tocó y tocó para dejar morir el partido. Messi, cansado por el esfuerzo y dolorido por el golpe sufrido en el primer tiempo, fue el reflejo del sufrimiento de los azulgranas, que estarán en la fase final de Lisboa, donde le espera el Bayern de Múnich, un rival que desde que volvió tras el confinamiento se mantiene invicto e intratable.

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.EUROPA PRESS

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.

Leo Messi festejó a lo grande el segundo gol del Barça que encarrilaba la clasificación para Lisboa.EUROPA PRESS

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