Albert Aliaga, nuevo presidente del Força Lleida: «Queremos estar arriba en 2 o 3 años»

La moción de censura se presentó y aprobó por amplia mayoría. Queda patente que era necesario un cambio de timón.

El club necesitaba un cambio de rumbo, otra manera de gestionarlo.

¿Qué era lo que fallaba?

Creíamos que el proyecto estaba desgastado, y no culpo solo al presidente, no es el único que tiene culpa, porque al fin y al cabo el resto de los socios también estábamos, pero era necesario que todos nos sentáramos, habláramos y mirásemos de hacer un club más abierto, diferente.

¿El proceso que provocó el cambio de presidente puede haber dañado la imagen del club?

No es la mejor manera de hacer las cosas y no nos sentimos orgullosos de cómo lo hemos hecho, pero ya está hecho y tenemos que mirar hacia adelante. No sé si afectará o no a la imagen del club, pero de momento hemos generado ilusión, que es lo que queríamos.

¿El cargo de presidente le ha venido impuesto o le seducía?

Nos juntamos para decidir si continuábamos o no y, una vez decidido que seguíamos adelante, valoramos los pros y los contras y me tocó a mí.

¿Contento de ser presidente?

Hay mejores momentos para ser presidente de un club deportivo. Este no es ni el momento adecuado por la situación que estamos viviendo en la sociedad ni por la manera en que se ha producido, pero hay que tirar hacia adelante. No soy ningún inconsciente y afronto el reto con muchas ganas y, como ya dije en la presentación de la junta, no soy solo yo, somos un grupo de gente que trabajará unido.

En esa presentación dejó claro que el club no sería para nada presidencialista. Esto quiere decir que lo era entonces.

Cada persona tiene su forma de ser.

¿Qué proyecto quieren implantar?

Sobre todo ver si la ciudad de Lleida quiere tener un proyecto en LEB Oro o no, y también si nosotros mismos somos capaces de tirarlo adelante, porque igual no somos las personas idóneas. Lo que hemos hecho es dar un paso adelante, abrirnos y explicarlo. De aquí viene la figura del consejo asesor que crearemos y en el que estarán representados todos los estamentos de la sociedad leridana, desde las empresas, instituciones hasta abonados, clubes y gente del baloncesto. Queremos explicar nuestro proyecto, la problemática que estamos detectando y ser transparentes con los números. Todo el mundo sabe lo que percibimos de las instituciones y el presupuesto en el que nos movemos. Aquí nadie se lleva nada, solo hacemos que poner dinero para acabar la temporada y cubrir el pequeño déficit que se pueda generar cada año. La deuda que tiene el club la tiene con los socios. Queremos generar ilusión, aunque sabemos que será un año difícil, pero queremos ver si la gente tiene ganas de ayudarnos. Y no hablo únicamente de dinero, sino de colaborar en otros campos.

Está claro que con la Covid-19 se avecina una temporada complicada, especialmente a nivel económico. ¿Teme que muchas empresas dejen de colaborar?

Seguramente que perderemos más de una empresa por la situación actual, pero pondremos todo de nuestra parte para que aquella empresa o abonado que por la circunstancia que sea no pueda asumir lo que aportaba o pagaba hasta ahora, siga con nosotros. No cerraremos la puerta a nadie. Si una empresa no puede pagar los 5.000 euros que pagaba hasta ahora y solo puede pagar 2.000, pues pagará 2.000 y tendrá las mismas condiciones que antes. Si cuando presentamos la campaña de abonados, que ya dije que sería diferente y abierta a todo el mundo, algún abonado no puede pagar el carnet, no se quedará sin venir a ver el baloncesto. Si tiene interés por colaborar, aquella persona entrará en el Barris Nord.

En la presentación de la junta también puso de manifiesto la preocupación por la pérdida de masa social. La reducción del precio de los abonos va en esa dirección.

Preferimos tener, por poner una cifra, 50.000 euros con 3.000 abonados que con 1.500, es así de claro. Habrá descuentos para los abonados que renueven y los carnets serán más baratos.

El reto que se han marcado son 2.500 abonados. Una cifra que nunca ha tenido el club.

Nunca hemos tenido tantos abonados pero los tenemos que conseguir, y creo que lo podemos lograr. Será difícil en el primer año por las circunstancias tan especiales que hay, pero en dos años sí. Si somos capaces de ilusionar a la gente, que sienta el proyecto como suyo, creo que lo podemos alcanzar. No es hablar por hablar. Somos el club de la provincia que más público congrega en su pabellón. Tenemos que ser capaces de generar esta ilusión, y creo que Lleida quiere un proyecto en LEB Oro. Y si no quiere o no somos capaces de darle a la gente lo que quiere, nos tendremos que replantear las cosas.

Otra de las premisas del proyecto es que están abiertos a nuevas incorporaciones en la junta.

Tenemos que conseguir gente nueva ya, porque entonces el mensaje sería mucho más potente. Estamos hablando de un proyecto nuevo pero el 95 por ciento de la junta es la que había antes, por eso es importante que se sume más gente.

Hace pocos días que está al mando, pero, ¿qué inputs está recibiendo?

Muy buenos. Cierto es que hay empresas que colaboran con nosotros que ya nos han dicho que lo están pasando mal y que ya hablaremos, pero otras han mostrado interés en colaborar. Además, en el correo del club hemos recibido mensajes de abonados que quieren sacarse el carnet ya, cuando aún no sabemos las condiciones. Todo cambio genera ilusión, ahora nos toca a nosotros demostrar que somos capaces de recoger esta confianza. Por eso tenemos que ser muy claros con la campaña de abonados, con las empresas, con las familias de la base, con todos, y muy transparentes.

Pero por mucho que el proyecto ilusione y se trabaje bien, todo depende de que la pelota entre y se ganen partidos. Es una realidad, pero también una injusticia.

Totalmente. Recuerdo que el año que descendimos la gente aplaudía en cada partido porque el equipo lo daba todo. Esto sí que la junta lo tiene claro, queremos un equipo comprometido y que lo dé todo hasta donde llegue. Tenemos un presupuesto ajustado pero ambicioso. No diría que somos inconscientes, pero sí atrevidos, porque somos conscientes de que necesitamos un equipo que genere ilusión. Creemos firmemente que Gustavo (Aranzana) es el entrenador ideal y hay jugadores que han renovado o han fichado porque él es el técnico.

El presupuesto de la próxima temporada será inferior al anterior, que fue de unos 650.000 euros. ¿Se sabe cuánto se rebajará?

Apenas llevamos un mes y todavía estamos trabajando en ello. Será más bajo que el año pasado, eso seguro, ¿cuánto menos?, no lo sé. La idea es tener una plantilla de diez jugadores y luego ya veremos.

Aún no se sabe si los partidos serán con o sin público. No tenerlo, lo que implicaría renunciar a la partida de abonados, ¿cómo repercutiría en el club?

Sería un desastre, no solo por el tema económico, que también, sino porque lo necesitamos para fortalecer y dar visibilidad al proyecto.

Se ha hablado también de la posibilidad de que la temporada que viene pudiera haber un abono virtual si los partidos se dan por televisión. ¿Cómo están las negociaciones?

Lo que es casi seguro es que todos los partidos se podrán ver por televisión. Los clubes hemos llegado a un principio de acuerdo con la federación, aunque tendremos que hacer un esfuerzo importante, ya que tendremos que hacernos cargo de la producción, pero lo tenemos que hacer. La FEB también nos ha dicho que pagará algo, pero no sabemos cuánto. También se está trabajando, y nosotros ahí estamos en primera línea porque nos interesa mucho, en que pudiera haber un abono virtual, pero LaLiga TV, que es quien tiene los derechos, no lo ve factible. Sería una manera de paliar la pérdida de abonados si los partidos son sin público.

¿La situación que está generando el Covid-19 la han contemplado en los nuevos contratos?

No, lo que haremos es que los jugadores firmen un código interno. Ya lo tenemos, pero ahora se adaptará a la situación actual, con un protocolo de lo que tienen que hacer y lo que no, y con sanciones en caso de incumplirlo. Son gente joven, algunos vienen de fuera, y deben ser conscientes de cuál es su profesión. Incluso hacer algún control, ya no solo de PCRs, sino saber dónde están y qué horarios hacen.

La FEB aún no ha dado a conocer su protocolo para la temporada que viene. En el caso de que obligue a los clubes a hacer PCR a los jugadores de forma regular, ¿cómo lo podrán asumir?

No creo que lo hagan, no pueden obligarnos a los clubes, porque si es así, entonces deberíamos cerrar. Saldría a más de 1.000 euros por partido, es del todo inviable.

Faltan todavía tres piezas interiores, pero, ¿está satisfecho de cómo está quedando el equipo?

Sí, mucho. El primer cambio cuando entramos fue nombrar a Joaquín Prado como director deportivo, ya que con Gustavo (Aranzana) lo teníamos apalabrado desde que se fue. La renovación de Miki (Feliu) era prioritaria y también la búsqueda de un combo como el que hemos fichado (Kaspars Vecvagars) y ahora hay que buscar dos ‘5’. El año pasado, ser pacientes fue buena idea porque conseguimos traer a Shaquille (Cleare). Este año también tengo su compromiso de que si tiene algo me avisará y si nosotros tenemos la posibilidad de fichar a otro, también. Shaq es una opción, pero no es una prioridad como lo era el año pasado, aunque nos ayudaría mucho.

Pregunta obligada, ¿y de la ACB qué?

Ahora mismo estamos intentando asegurar la supervivencia y viabilidad del club. Todos soñamos. Sabemos que en 2021 se cumplen 20 años del ascenso de Lleida a la ACB y si se puede jugar con público nos gustaría celebrarlo, pero lo demás queda muy lejos. En este primer año queremos ilusionar a la gente y asegurar la viabilidad del club, y si lo superamos, que no tengo ninguna duda de ello, entonces el siguiente objetivo es hacer un proyecto serio a dos o tres años vista, y cuando digo serio quiero decir para estar arriba, porque lo contrario no tiene ningún sentido. Si nuestro proyecto es ser siempre de los más pobres de LEB Oro y que la gente no se anime, porque lo que quieren los aficionados es ver ganar a su equipo y competir, lo mejor es que nos dediquemos a la base y a hacer un equipo para estar en Plata. No queremos crear nada ficticio.