Este Barça es una ruina

El FC Barcelona recibió ayer en Lisboa una humillación histórica que certifica el final de una época y que no solo pone en el disparadero al entrenador, Quique Setién y a bastantes jugadores, también deja muy tocado al presidente Josep Maria Bartomeu, cuya gestión ya ha sido muy cuestionada en este último año. El Barça quedó eliminado en los cuartos de final de la Liga de Campeones haciendo el mayor de los ridículos. Perdió 2-8 ante un Bayern de Múnich inifinitamente superior, en la que supone la mayor goleada recibida jamás en Europa en toda la larga historia de este club.

El Barça se despidió de la Liga de Campeones y de la temporada humillado. La máquina alemana pasó por encima del cuadro azulgrana en la primera media hora (1-4) y no encontró oposición en la debacle del proyecto de Setién. Una plantilla que dejó evidencia de fin de ciclo, con jugadores veteranos que ya han dado lo mejor de sí, y unos jóvenes que no acaban de dar la talla. Mención aparte merece la cuestionable política de fichajes del club, que ha gastado mucho dinero en futbolistas que no han respondido a lo que se esperaba de ellos, como Griezmann, que ayer empezó en el banquillo.

El equipo nunca tuvo capacidad de reacción y se apagó en los minutos finales, como tantas veces

Principalmente Messi y el orgullo de un equipo de campeones eran los argumentos de los de Quique Setién para confiar en estar en semifinales el próximo día 19 contra Manchester City o Olympique de Lyon. Sin embargo, el fútbol, la confianza, el gol, el juego, la actitud y la intensidad lo puso el Bayern.

El Barça no se atrevió o no tuvo fe en sus piernas para hacer una buena presión al rival y el Bayern adelantó sus líneas para jugar con los 10 en campo contrario. Así asfixió a un conjunto azulgrana que encima tuvo el día torpe en defensa, incapaz siquiera de un despeje fiable.

Buscando la espalda de la defensa alemana, posicionada en el centro del campo, encontró sus pocas opciones, hasta que se desató el Bayern y lanzó ataques demoledores que hicieron sonrojarse a los de Setién. En solo media hora el marcador ya era de 1-4 para el equipo alemán, que solo necesitó 4 minutos para marcar. La segunda parte trajo esa falta de fútbol y físico que acompaña al equipo hace tiempo, para dejarse ir en los minutos finales.

Lo que pareció un intercambio de golpes se convirtió rápido en un monólogo. La apuesta arriesgada de Hans-Dieter Flick permitió la primera llegada en superioridad de los de Setién a los tres minutos. Sin embargo, la respuesta alemana, con la zaga culé en su sitio, fue el 0-1 (4’) de Müller en una sencilla pared con Lewandowski.

Logró de nuevo romper la presión el Barça, esta vez por banda izquierda, y el centro de Alba lo metió en su propia portería Alaba (1-1). Le costó ajustar al Bayern y ahí perdonó el cuadro azulgrana, ya que Luis Suárez la tuvo también en un mano a mano que paró Neuer y Messi, en un centro envenenado, se encontró con el palo.

Fueron 10 momentos de frenesí, con claro sufrir de las defensas, pero la intensidad del Bayern incomodó mucho a un Barça incapaz de romper esa presión, ni salir de su campo. Una carrera de Messi en el minuto 20 fue otro oasis de fe azulgrana antes de la gran debacle. De ahí a la media hora Perisic, Gnabry y Müller pusieron el 1-4 y finiquitaron el partido.

Sergi Roberto y Ter Stegen fallaron, pero la inseguridad era general. El Bayern se tomó un respiro para volver en el segundo tiempo con el mismo ritmo, una diferencia física que impidió al Barça apretar como para amenazar con la remontada.

La reacción de Setién en el descanso fue dar entrada a Griezmann, pero el francés apenas participó como en el resto de la temporada. Fue Luis Suárez, en otra jugada a la espalda, quien recortó con el 2-4 a media hora del final. El gol activó de nuevo la máquina de Flick y con un jugadón, Davies dio el 2-5 a Kimmich. Cabizbajo, el equipo encajó los goles de Lewandowski y Coutinho, doblete como jugador cedido por el Barcelona para hacer que el ridículo fuera todavía mayor. Setién cogió un equipo que con Valverde era líder en la Liga y lo deja en blanco y firmando el mayor ridículo de su historia.