Saúl Craviotto: «Llegué a estar algo desmotivado»

Medallista olímpico (dos oros, una plata y un bronce) tras participar en cuatro JJOO, agente de policía, cocinero por afición (ganó una edición del concurso Masterchef Celebrity) y amante de las causas justas (es embajador de Manos Unidas y ha viajado varias veces a África), el leridano Saúl Craviotto (Lleida, 3-11-1984) ha estado unos días en su tierra natal, entre Lleida ciudad y Sant Llorenç de Montgai donde se inició en el piragüismo de la mano de su padre Manuel. Debido a la pandemia, hacía ocho meses que no veía a sus padres, sus hermanas y sus sobrinos. Nunca había estado tanto tiempo sin abrazar a los suyos. “Estoy muy feliz porque es mi casa, mi hogar”, dice un ‘asturianu’ de adopción, ya que en Asturias, donde le adoran, ha pasado la mayor parte de su vida y de allí son su mujer Celia y las dos hijas que tienen en común, Valentina y Alejandra.

¿Cómo se reconstruye un campeón olímpico tras estar un año sin competir y debido a unas circunstancias tan especiales?

Ha sido un año muy extraño, con altibajos emocionales, físicos... llegué a estar desmotivado en algún momento. Como digo ha sido muy difícil entrenar pero, por fin, hemos puesto punto final a esta temporada. En septiembre ya vuelvo a prepararme con vistas a Tokio y otra vez volverá esa motivación.

Ni siquiera los Europeos, cancelados tras estar previstos en octubre en Rumanía, se podrán disputar. Hubiera sido un mal menor para acabar la temporada con una competición de nivel.

La verdad es que no teníamos muchas esperanzas en que se disputase el Europeo ni la Copa del Mundo. Ahora se trata de resetear la cabeza, de pensar en la próxima temporada porque esta ha sido muy chapucera esperando competiciones que no han llegado y haciendo picos de entrenamiento que luego no nos han llevado a nada.

¿La atípica preparación de este año, al no haber competiciones ni objetivos, puede repercutir en la próxima temporada?

Bueno, aunque era difícil la situación, hemos seguido el ritmo previsto, dando mucha caña en los entrenamientos y hemos hecho carreras en los entrenamientos que han sido brutales. Lo más duro ha sido luchar con la cabeza porque estaba sufriendo sin saber por qué objetivo o para qué prueba iba a competir. Esto es muy difícil de llevar. Pero físicamente hemos apretado y trabajado lo que tocaba. Lo que no sé es si se notará estar todo un año sin competir porque no experimentas esa sensación de nervios que te genera la competición. Tengo curiosidad por saber cómo me sentiré cuando vuelva a estar en el cepo de salida. Para un deportista es vital la competición, amamos competir, es lo que nos engancha.

Me decía pocos meses antes de Tokio 2020 que aún no había puesto fecha a su retirada. ¿Piensa igual?

Evidentemente, con 35 años la luz al final del túnel ya la empiezo a ver. No voy a engañar a nadie. No me quedan tres Juegos Olímpicos. Lo que no sé es si acabaré después de Tokio o tres años después en los Juegos de París. Que el final está cerca es cierto pero estoy superorgulloso de mi carrera. Aunque me retirase hoy y no fuese a Tokio, el ver que tengo cuatro medallas olímpicas es algo que no me hubiese creído nunca. Siempre digo que mi carrera deportiva ha sido vivir un sueño. Ahora me ilusiona el próximo sueño que es Tokio y cuando esta competición pase, dependiendo de cómo haya ido todo y las ganas que tenga de aguantar tres años más, decidiré si me retiro. Pero ahora mismo no me atrevo a decirlo. Me gusta lo que hago, soy un privilegiado y físicamente me respetan las lesiones, me encuentro bien, los tiempos que estoy haciendo son muy buenos y de cabeza mantengo la ilusión.

Es tan polifacético que no sé si tiene pensado cuando se retire seguir vinculado al piragüismo, por ejemplo como entrenador.

Todavía pienso como deportista en activo y lo que ronda en mi cabeza es competir. Pero sí es verdad que de una forma u otra siempre estaré vinculado al piragüismo. Veo a mi padre con 65 años que va todos los días a entrenar, que ama el piragüismo y que me inculcó este deporte desde que era un niño y sé que continuaré con lo que es mi pasión. Tengo en la cabeza muchas ideas y muchos proyectos que todavía no sé hacia dónde tirar. Hay proyectos muy apetecibles como organizar estages o escuelas de piragüismo para niños y jóvenes e intentar transmitir los conocimientos que he adquirido en los últimos veinte años. Si puedo ayudar, pues genial.