CICLISMO TOUR DE FRANCIA
Pogacar se corona en París
Sube a lo más alto del podio un día antes de cumplir los 22 años, convirtiéndose en el tercer ganador más joven de la historia || Bennett cierra la ronda con su victoria al esprint en los Campos Elíseos
Sam Bennett (Deceuninck-Quick Step) se llevó ayer el premio en los Campos Elíseos de París, en la última etapa del Tour, una jornada donde más allá del esprint final tuvo lugar la celebración del triunfo en la general de Tadej Pogacar (UAE Emirates). Un fin de fiesta majestuoso pese a la pandemia, para un Tour que ha tenido de todo, en un recorrido más innovador que nunca. Peleas prácticamente por todos los maillots hasta el último día, salvo en los jóvenes, donde Pogacar fue imparable. De hecho, Pogacar es triple vencedor de este Tour. Maillot amarillo de campeón, maillot blanco de mejor joven y maillot de puntos rojos como rey de la montaña. Todo ello, a un día de celebrar los 22 años. De hecho, es el tercer ciclista más joven en ganar la ronda gala. Sólo le superan Henri Cornet (1904) y Romain Maes (1935). El esloveno, que se ganó el Tour el sábado doblegando en la contrarreloj a su compatriota Primoz Roglic (Jumbo-Visma), celebró por todo lo alto su triunfo. Tanto él como Bennett fueron los grandes protagonistas, así como un Movistar que se llevó la clasificación por equipos.
Sam Bennett, vestido de verde como ganador de la clasificación de la regularidad, celebró ese hito con su segunda victoria de etapa en esta 107 edición del Tour de Francia, en un esprint masivo en el que superó al campeón del mundo Mads Pedersen (Trek-Segafredo) y a Peter Sagan (Bora-Hansgrohe). La última vuelta al circuito por las calles de la capital francesa lo pasó el trío formado por Max Schachmann (Bora-Hansgrohe), Greg van Avermaet (CCC Team) y Pierre-Luc Périchon (Cofidis) en cabeza, con 12 segundos de margen sobre el pelotón, que les dio caza a 3,5 kilómetros de meta. En el último paso por el Arco del Triunfo, los tres de cabeza ya giraron hacia el gran grupo. Schachmann intentó apretar, pero fue cazado y se desató la última gran lucha. En ella, Bennett se llevó la gloria. Era el merecido ganador del maillot verde, pero lo quiso vestir de todas las formas posibles en el podio final. Superando a su gran rival, Peter Sagan, y a un Pedersen que se lució, el irlandés entró con una bici de margen, abriendo su brazo derecho para cerrar el puño en señal de victoria. Pudo Bennett, además, después de recibir felicitaciones de compañeros y rivales, verse a sí mismo ganar con autoridad en la pantalla gigante colocada por la organización en unos Campos Elíseos que, minutos después, estuvieron iluminados por un ocaso espectacular, un cierre poético para el Tour de Francia.