HOCKEY SOBRE PATINES COMPETICIÓN
El Llista pierde base por su traslado
Algo más de un 10% de los jugadores se han dado de baja al tener que entrenar en La Bordeta o Torre-serona || Han fichado por otros clubes o dejan el hockey
El Llista está pagando una enorme factura por no poder utilizar esta temporada el Onze de Setembre –ni su pista anexa exterior–, que se ha convertido en hospital de campaña para atender pacientes de la Covid-19 a partir de octubre. Esta decisión, que el club nunca ha cuestionado al tratarse de una situación que afecta a la salud pública, ha provocado y está provocando muchos quebraderos de cabeza. Primero para reubicar a todos sus equipos, 21 esta campaña –uno más que en la pasada–, y después por los efectos colaterales que ha supuesto el traslado de su base al pabellón de La Bordeta y a la pista de Torre-serona, ayuntamiento con el que el sábado firmaron un convenio de colaboración.
Algo más de un 10 por ciento de los niños y niñas que compiten en las categorías más pequeñas, la mayoría entre 6 y 8 años, se han dado de baja por problemas de logística de sus padres a la hora de llevarlos y recogerlos de los entrenamientos.
Algunos han optado por cambiar de club, preferiblemente al Alpicat, o que sus hijos dejen de practicar el hockey sobre patines durante un año, hasta se pueda recuperar la normalidad y el Llista vuelva al Onze de Setembre.
“Es una noticia muy mala para nosotros. Con lo que cuesta que los niños pequeños escojan el hockey como deporte, perder 15 o 20 niños en un año es un hándicap. Pero la situación es la que es y solo nos queda luchar para recuperarlos el año que viene”, señaló su presidente, Enric Duch.
Actualmente el Llista cuenta con 20 equipos y la Escoleta, que aglutina a los más pequeños. Al margen del de OK Liga, el club tiene federados a otros 2 equipos séniors, 1 júnior, 2 juveniles, 1 infantil, 2 alevines, 3 benjamines, 5 prebenjamines y 3 femeninos (Mini-Fem, Fem-11 y Fem13). Pese a la marcha de casi una veintena de niños, el club tiene un equipo más, todo un récord en sus casi 70 años de historia. “El traslado nos ha perjudicado mucho, está claro, porque ha afectado a la logística de las familias. Sabe mal porque se trata de una situación externa al club, pero al final hemos podido reubicar a todos los equipos y que todos puedan tener sus horas de entrenamientos. El acuerdo con Torre-serona nos permitirá paliar las horas que habíamos tenido que renunciar de La Bordeta”, explicó el coordinador del club, Marc Soler.