Un año de 'destierro'

El Llista Blava abre este mediodía ante el Vendrell (12.00 horas a puerta cerrada) su ‘destierro’ oficial en Bell-lloc, la que será su casa durante esta temporada al convertirse el pabellón Onze de Setembre en hospital de campaña por la Covid-19. Su obligado traslado, que no ha sido nada fácil después de descartar otros emplazamientos, ha obligado al equipo a variar su día a día y, como no, a adaptarse a una superficie de terrazo a la que no estaba acostumbrado hasta ahora –jugaba sobre parquet– y que le daba cierta ventaja respecto a sus rivales.

Aun así, el equipo, que sigue bajo la dirección de Albert Folguera, mantiene intactos sus retos deportivos, más si cabe después de cerrar un trío de refuerzos que no hacen otra cosa que añadir una dosis de ilusión a una temporada doblemente complicada por el coronavirus, que el club ha sufrido en primera persona. Pese a la marcha de Lluís Tomàs, que decidió retirarse tras más de una década como listado, la portería seguirá bien cubierta con la llegada de Martí Serra, ex del Calafell y que ya ha dado muestras de porqué está considerado uno de los mejores porteros de futuro del mundo. El fichaje de un goleador como ‘Jepi’ Selva, que curiosamente debutó como profesional en Lleida hace dieciséis años, y el regreso de uno de los mellizos Di Benedetto, Bruno, conforman una plantilla mezcla de veteranía y juventud, en la que siguen los incombustibles Andreu Tomàs y Joan Cañellas, Oriol Vives y los jóvenes Gerard y Sergi Folguera, Àlex Joseph y Sergi Duch.

Técnico y jugadores no esconden que el objetivo es codearse con los grandes a nivel doméstico, algo que la temporada pasada no pudo hacer. Clasificarse para jugar la Copa del Rey y estar en posiciones europeas son los retos que se marca el equipo en la OK Liga, que este año tendrá dos equipos más al no producirse ningún descenso la campaña pasada por el coronavirus.

El Llista también tendrá el aliciente de seguir en Europa y, encima, como vigente campeón al suspenderse la edición pasada. Los leridanos, como cabezas de serie, no entrarán en competición hasta los octavos de final, donde se medirán al ganador de la eliminatoria entre el Igualada y el Uttigen suizo.