Inicio para olvidar

El ICG Força Lleida abrió ayer su novena temporada consecutiva en la LEB Oro con una derrota (62-67) ante el Almansa en un duelo de dos caras. En la primera parte mostró la solvencia que se le presupone, pero en la segunda desapareció ante un rival que supo aprovechar el bajón local en defensa. Todo ello ante unos 600 espectadores que acudieron al Barris Nord, cuyo aforo máximo está limitado al 30% por la pandemia.

Gustavo Aranzana puso de salida al equipo que apuntaba a titular, con Chapela en la dirección, Vecvagars y Feliu en las alas y Bulic y Buchanan por dentro, y el primer quinteto oficial de la temporada cumplió. Gestionó bien los primeros ataques, sacando provecho de sus ventajas bajo el aro y con el letón exhibiendo su privilegiada muñeca. Los de negro pronto doblaron en el marcador (14-7, m.4) a su rival, que lo estaba fallando casi todo en un primer cuarto para olvidar, aunque llegó vivo al final (20-14).

El Barris Nord tenía el aforo limitado al 30% y unos 600 aficionados vieron la derrota de los locales

En el segundo la situación cambió de inicio. El Almansa mejoró y se situó a solo dos puntos (20-18), pero ahí el partido se atascó por completo en ambas canastas, sucediéndose un error tras otro sin que nadie lograra anotar. Lo hizo Bulic desde la línea de personal para romper tres minutos y medio de sequía del Força Lleida, que no anotaría su primera canasta en juego hasta superado el ecuador del segundo periodo. Pero resultó una acción de cuatro puntos, los dos de la canasta de Feliu, el tiro adicional por la falta de Josep Pérez y otro extra por la técnica señalada al exbase del Força Lleida por protestar la decisión arbitral. Con todo ello, los de negro se iban hasta los ocho puntos de margen, su máxima ventaja hasta ese momento, que aún fue mayor a los pocos segundos con un triple del capitán. Los siete puntos consecutivos del alero manresano, que vive una segunda juventud, relanzaron las aspiraciones del ICG Lleida, que ya mandaba por 11 puntos (29-18) a tres minutos para el descanso.

La situación aún se puso más de cara para el cuadro de Gustavo Aranzana gracias a otra jugada de cuatro puntos, esta vez con la firma de Vecvagars, que anotó un triple y forzó la falta de González para situar a su equipo con 12 puntos de renta (35-23), la máxima en todo el partido, que al final se quedaría en nueve tras el triple final de Bivià (35-26).

Todo presagiaba una victoria leridana, pero nada más lejos de la realidad, ya que la segunda parte de los de Gustavo Aranzana fue nefasta. El buen trabajo hecho en la primera parte se tiró por la borda en un arranque de tercer periodo para olvidar. El ICG Lleida dejó de dominar la pintura y a encadenar errores, muchos no forzados, y a lanzar de forma precipitada. Esto, unido a que los jugadores importantes del Almansa empezaron a recuperar su acierto, el partido dio un vuelco total, pasando los albaceteños a mandar en el luminoso.

Los de negro fueron incapaces de anotar en juego y solo los tiros libres les mantuvieron a flote. Tras encajar un parcial de 4-19 en los primeros ocho minutos de la reanudación, que ponía al Almansa seis puntos arriba (39-45), el Força Lleida dio sensación de reaccionar. Encadenó siete puntos seguidos gracias a los tiros libres de Buchanan y Bulic y, sobre todo, al triple de Chapela que cerraba un cuarto para olvidar (46-45).

Aun así, el equipo entró en ventaja al último asalto, que ensanchó con otra canasta del base gallego (48-45), pero los tiradores del cuadro albaceteño, en especial dos ex del equipo leridano, Djuran y Josep Pérez, irrumpieron con fuerza y dinamitaron el partido, favorecidos por una defensa local que nada tuvo que ver con la de la primera mitad. Diez puntos del base barcelonés, con dos triples incluidos, y otro del serbio fueron claves para situar la diferencia en ocho puntos (52-60). Aunque el Força Lleida lo intentó, no hubo otra reacción como la de Balaguer en la Lliga Catalana y los de Aranzana acabaron encajando la primera derrota de la campaña.