DEPORTES
Naufragio total
El Força Lleida no apareció en Alicante y acabó barrido de la pista por un rival infinitamente mejor || Los de Aranzana no tuvieron actitud ni acierto en un partido para olvidar
Gustavo Aranzana había avisado en la víspera que su equipo iba a viajar a Alicante a competirle la victoria a uno de los favoritos al ascenso, papel que él mismo le reconocía a su rival de ayer, pero a la postre el ICG Força Lleida, si bien viajó y saltó al parquet, como se pudo ver por televisión, no compitió y acabó barrido por un Lucentum que llegó a ganar por 26 puntos de diferencia. Segunda derrota (82-65) consecutiva y las urgencias que ya aprietan a los de negro nada más empezar el curso.
Después de unos primeros minutos de cierta igualdad, en los que ambos equipos se fueron relevando en el mando del partido, con ventajas no mayores de tres puntos, el Força Lleida empezó a encadenar errores y el partido empezó a romperse. Tres pérdidas seguidas absurdas, sobre todo una en el saque de fondo tras canasta rival que acabó con un triple, derivaron en un parcial local de 10-0 que obligó a Aranzana a parar el partido de inmediato, ya que la diferencia ya se situaba en los nueve puntos (19-10, m.7).
Prueba del desastre fueron los 19 balones perdidos y el pésimo acierto en los tres primeros cuartos
El equipo no estaba cerrando su rebote, cedía demasiadas segundas opciones y en ataque le costaba un mundo anotar ante una defensa alicantina muy bien posicionada. La renta aún se fue hasta los diez puntos (22-12) tras un triple de Urtasun, pero a partir de ahí los leridanos ajustaron más las marcas y mostraron cierta reacción, sobre todo gracias a N’Guessan y a un triple postrero de Polanco que cerraba un mal cuarto, pero con un marcador, 24-19, que visto lo visto se podía dar por bueno.
En el segundo periodo el Força Lleida volvió a las andadas. Repitió los mismos errores, las mismas pérdidas, con Bulic desastroso en ataque y despistado en defensa y sin ninguna referencia ofensiva. Todo eran facilidades para un Alicante que, obviamente, no perdonó. Liderado por un letal Gjuroski, autor de 11 puntos en este cuarto, los locales se dispararon en el marcador sin apenas oposición, superando la barrera psicológica de los 10 puntos.