LOS DETALLES
El VAR vuelve a vestir de blanco el clásico
El VAR volvió a hacer acto de presencia para aliarse con el Real Madrid, asaltar el Camp Nou (1-3) y maquillar la crisis blanca, después de validar un penalti del todo inexistente y que acabó dinamitando el clásico del silencio. Ayer se repitió la historia. Volvió a entrar de oficio y árbitro, tras comprobar las imágenes, concedió un penalti que Sergio Ramos transformó al inicio de la segunda mitad, justo cuando el Barça estaba acorralando a los blancos en su propia área. El Barça, que no encadenaba dos derrotas desde abril de 2016, sintió el golpe y ya no reaccionó. El Madrid creció y sentenció el partido en el minuto 90, en una acción de Luka Modric. Desde la temporada 2015-16, no ganaban los blancos en el Camp Nou.
Fue un partido con un fútbol atípico en un clásico atípico. Dos goles en los primeros ocho minutos y una sensación de desconcierto, de juego vertical. El argumento del partido no se basaba en dominar la situación, sino en aprovechar el error del contrario. Fue valiente Ronald Koeman en la alineación. Puso a dos menores de 18 años (Pedri y Ansu Fati) en el equipo titular, pero también a Sergiño Dest, que se estrenó en la banda derecha y fue de lo mejor del Barça. Messi no era la referencia, sino Ansu; Coutinho acompañaba en la mediapunta y Griezmann lo veía desde la grada.
El Madrid, sin Modric, necesitaba reivindicarse y tardó muy poco en hacerlo. Aprovechó Benzema, que fue de los mejores de su equipo, una jugada al espacio y la entrada entre los dos centrales de Fede Valverde para dar una asistencia de lujo, finiquitada de la mejor manera por el uruguayo (0-1). En cinco minutos, los de Zidane parecían haber desmontado al Barça. Pero tres minutos después apareció Messi y su conexión con Jordi Alba. El argentino habilitó al lateral, que entró como un cuchillo por la izquierda y su asistencia fue aprovechada por Ansu Fati. El canterano, excelso, superó en la carrera a Sergio Ramos y colocó el pie para que el balón no tuviera ningún punto de conexión con Courtois, sino con la red (1-1).
Messi reclamó los focos como solo él sabe hacerlo y pronto inquietó a Courtois con un mano a mano en el que dejó clavado a Ramos con un regate pero se topó con el portero belga, que evitó un gol cantado. Y en la siguiente jugada, el Madrid pudo hacer el 1-2 después de una conexión entre Kroos y Benzema, que solucionó Neto para el Barça. El partido era pura adrenalina para el enfado de Koeman y Zidane, cuyos planes se habían esfumado del papel para suerte del espectador.
Al descanso se llegó sin más sobresaltos. Como mucho una acción que el VAR comprobó en el área del Madrid y la exuberancia de Benzema y de Ansu Fati, presente y futuro de LaLiga. El Barça remató más a puerta y el Madrid tuvo más la posesión, si bien a los de Ronald Koeman les falló sobre todo la apuesta por Pedri, que ayer no aportó lo que se esperaba en el primer tiempo.