Estreno con derrota

El retorno del Lleida a la competición oficial, después de más de siete meses ausente, como consecuencia del coronavirus, se saldó con la primera derrota (3-2) en esta atípica Liga, en un partido marcado por las decisiones árbitrales y en el que llegó a mandar en dos ocasiones (0-1 y 1-2), ante un L’Hospitalet que tuvo más fe en el triunfo y que acabó remontando el partido en los ultimos cinco minutos.

Además, los de Molo jugaron desde el primer minuto de la segunda parte con un hombre menos, por la expulsión de Simic al ver su segunda tarjeta amarilla (46’). El colegiado, que fue muy protestado por los leridanos, anuló dos goles a César Soriano (1’ y 49’) a la salida de sendos córners, después de haber señalado en ambas ocasiones el centro del campo. Marcó un penalti, bastante claro, a favor de los locales, que supuso el empate a uno y, en cambio, no señaló otros posibles tres a favor del Lleida (el de Simic en el primer periodo fue clarísimo) y en el tercero, ya en el añadido, decretó la expulsión de Molo por protestar su decisión.

Decisiones arbitrales al margen, lo cierto es que el Lleida, en el mismo partido, ofreció dos caras muy distintas. Dos salidas fulgurantes, en cada tiempo, en las que arrolló a un rival que perdía muchísimos balones ante la presión adelantada de los azules. Luego, tras ponerse en dos ocasiones por delante en el marcador, se echó atrás ante el empuje local y, en el segundo periodo por jugar con un hombre menos, y acabó cediendo ante un Hospi que remontó en el tramo final del partido.

L’Hospitalet, que contó con tres exfutbolistas leridanos en sus filas –Christian Gómez, Christian Alfonso y Canario. Alex Felip no jugó–, que estuvieron muy motivados sobre el césped, se vio sorprendido por un Lleida que marcó antes del primer minuto, tanto que fue invalidado, y si lo logró en el 9 gracias al oportunismo de Simic. Los locales equilibraron el partido y lo intentaron con remates lejanos y con solo uno entre los tres palos, a cargo de Alfonso, que detuvo bien Pau Torres. Luego llegó el empate en un claro penalti de Simic que transformó Canario antes de irse al vestuario. En la reanudacion llegó la expulsión de Simic en el primer minuto y el gol de Fall en el 54, tras un buen servicio de Abel Molinero.

Con diez hombres sobre el césped, el Lleida se echó atrás, jugando más con el corazón que con la necesaria cabeza fría para intentar matar el partido. Los locales se limitaron a colgar balones al área azul, pero con escaso peligro gracias al acierto, por arriba, de César Soriano, Nico Van Rijn y Fall. Pau Torres también le puso una buena mano a Alfonso (80’), mientas que los de Molo únicamente tuvieron a su favor un mano a mano de Álvaro González ante el meta Aliaga (51’). Pero tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose con dos goles del Hospi casi consecutivos. El primero obra de Canario, tras un tremendo lío en el áera del Lleida a la salida de un córner y con la colaboracion de Nico Van Rijn (85’). Con los locales volcados llegó la puntilla. Otro córner, nuevo embrollo en el área, y remate afortunado de Aguilera (88’). Ya no hubo tiempo para nada más.